La indiferencia
araña paredes en el estómago
y es de adobe la casa
la dejadez lacerante
duele hondo
la indiferencia
se adentra en la piel
el compromiso se desvanece
y no hay palabra dada
y no es cierto lo que se promete
todo es palabrería discordante
porque nada se cumple
lo convenido es falso
y abundan los discursos
los agujeros negros
las puertas cerradas
los pozos malolientes
las murallas
las balas que entorpecen libertades
los cuerpos inocentes
y abunda el llanto
sangra el desamor
no hay espacio para el que se ahoga
y todo es sequedad
en este odio que infiltra
la sospecha
la nada es síntoma de la frialdad
de la promesa no cumplida…
aunque todo sean palabras
su amargor es gratis
la sordera, el descuido, la desgana
y la guerra en este incurable caos
que es la política
enfermedad ambiente
arraigo de promesas y mentiras
es herida lo absurdo
la estupidez genera náuseas
la impiedad recela los sentidos
y estamos vivos en las tumbas
en este ir y venir
en contra de la voluntad
todo genera duda
la patera está llena y se hunde
soy una niña mecida por las olas
me acoge la sospecha
me recicla el olvido
la indiferencia me mantiene
en las calles
la noticia no tiene eco
y quiero ir al mercado
para aliviar este ansia que siento
de dulces
de calaveritas de azúcar…
© Julie Sopetrán