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sábado, mayo 26

UN PASEO POR EL LAGO DE CAMÉCUARO


Texto y fotos: Julie Sopetrán

Son diez hectáreas de Parque Natural, con un clima templado, subacuático, su fauna y flora es de gran belleza gracias al Patronato Lago de Camécuaro, que en lengua tarasca quiere decir "lugar del baño", y también "lugar de la amargura oculta", según Fray Juan Bautista Lagunas. Se decretó como Parque Natural el 18 de Junio de 1940, siendo Presidente de la República Don Lázaro Cárdenas del Río.
Son 1400 metros de largo por 100 de ancho, sus aguas cristalinas y sus árboles milenarios. Lo curioso de este lugar es que los árboles se mantienen dentro del agua, formando caprichosas y exuberantes raíces.


Se encuentra a catorce kilómetros de Zamora, en Michoacán, en el municipio de Tangancícuaro. Se llega por la carretera nacional número 15.
Dentro del lago existen dos nacimientos de agua: el de Junguarán y el de Cupátziro. El agua surge de las entrañas de la tierra y de las lluvias que llegan al lago desde la Meseta Tarasca. Un paseo en barca por este lugar es realmente mágico, no sólo por la vegetación, también por la belleza natural del entorno. Es un lugar de capricho por la gran variedad de árboles: ocotes, sabinos, fresnos, madroños, ocales, maguey, encinos, arbustos y coníferas. Los árboles más viejos se cuidan y protegen con diversos materiales preparados para su conservación dentro del agua.


También lo pueblan peces, carpas,  truchas, cangrejos, ranas, mojarra blanca, chapulines, chapos, mariposas, tortugas, patos, abejas, gansos... Y en tiempos ancestrales dicen que había nutrias, cisnes. Lugar muy apropiado para campamentos, senderismo, paseos en barca y buceo.
En el área de este lago viven unos treinta y tres mil habitantes, de ellos unas mil quinientas personas hablan la lengua purépecha y también el zapoteco.
Nos llevaron a este lugar por la carretera nacional rumbo a Morelia, la capital del Estado de Michoacán. El paisaje me dejó fascinada, nunca había visto árboles tan grandes rodeados de agua. Si un día me fascinaron los árboles de madera roja de California, los de México no desmerecían lo más mínimo.  Caobas, guayacanes, pinos resinosos llamados "ocotes", abetos muy especiales como el "oyamel" con su verdor perenne y su musical encanto teñido de blanco y azul de los fríos serranos. Los ahuehuetes, uno de los árboles más populares de la flora de México, lo llamaron así los indígenas y está considerado el árbol nacional, porque viene su raíz de atl, agua, y hue, que significa anciano o abuelo, su nombre por lo tanto quiere decir: "viejo de agua" porque su follaje se reviste de heno blanco como si el árbol tuviera canas.


Los Zapotecas le llamaban a este árbol yagaguichi-ciña, que es "cedro de larga vida", los Tarascos lo llamaron pembamu, que es "viejo barbado" de donde nació el nombre del pueblo de Pénjamo. Y los españoles lo llamaron por el conocido nombre de sabina.
Si en algún lugar he admirado al árbol ha sido en este Lago de Camécuaro, en el municipio de Tangancícuaro, en Michoacán, México.  Es uno de esos espacios del que no quisieras salir nunca. Su limpieza, su encanto natural, te dejan como paseando el tiempo.
Parece que hay más de mil manantiales de agua fresca que brotan y refrigeran el lago y esto es lo que hace que sea un lugar paradisíaco. El clima es también muy agradable de unos 14º en invierno a  18º a 20º en verano. Altitud de 1750 metros sobre el nivel del mar. La profundidad del lago oscila entre cinco y veinte metros y se puede ver el fondo por la pureza y limpieza del agua. Ahora se puede disfrutar de un sistema de alumbrado en la noche.


Este lago es imprescindible para los fotógrafos y para los amantes de la naturaleza porque es un lugar mágico. Está muy cuidado y se puede acampar, pasear a pie y en lancha, practicar la natación en sus aguas termales, buceo, es un lugar muy tranquilo y se puede pasar un buen día campestre en solitario o en familia, no importa si no llevas comida porque hay puestos que ofrecen menús muy asequibles.
Como casi todos los lugares en México, este lago tiene sus leyendas, una de ellas es que habitaba una joven muy hermosa en los alrededores, llegó un español y la enamoró, pero él tuvo que marchar a una guerra y dejó a la bella doncella sola y llorosa. Y tanto lloró, al saber que su amor no regresaba, que se formó este lago transparente con sus lágrimas. Existe otra leyenda que da interés al significado del lago "lugar de la amargura oculta". La leyenda de Huanita, una princesa que se enamoró de Tangáxhuan, sobrino y uno de los herederos de Tiriácuari, que habiendo sido secuestrada por Candó, un sacerdote sacrílego, la mantuvo oculta en una yácata, adoratorio de Cutzé, lloró tanto su desgracia que con sus lágrimas se formó el lago.  Y muchos buceadores dicen que estuvieron a punto de ahogarse porque veían a una joven muy hermosa jalando sus pies y empujándolos hasta el fondo del lago.


Existen más leyendas de coyotes y de princesas que lloraron tanto como las jóvenes de las anteriores leyendas. Por eso el lago de Camécuaro también significa "torrente de lágrimas". Hay otra interpretación, según el historiador Eduardo Ruiz, el significado deriva del verbo huecámen que es "caer en un estanque hondo", ro indica lugar, huácamecuaro, "lugar donde caen al estanque" de una forma fácil.
Pasear por este lago es poner a trabajar la imaginación, el barquero te va mostrando figuras inventadas ante las diferentes formas que sugieren los árboles gigantescos... Una iguana, un elefante, un vestido de novia, una cueva excavada en el árbol, un espectro, una escena de terror, un caballo,  un nido de serpientes de madera, un rinoceronte y una larga lista  de figuraciones y fábulas recreativas que nos hace sentir que estamos viviendo un mundo de fantasía y ensueño, y hasta la mismísima princesa que cuenta la leyenda se encuentra en una figura de mujer desnuda... Es al volver los ojos al lago, cuando nos damos cuenta que es un mundo real y que son los árboles y el agua los que juegan en nuestros ojos.



Vemos a los niños bañándose con los árboles, a los enamorados besándose entre las mismas raíces, a la familia disfrutando de un entorno paradisíaco.  Es el capricho armonizando con la quimera, es la inventiva en armonía con la realidad. Es la vivencia de la inspiración, o los duendes jugando entre la hierba de un parque natural difícil de olvidar. Es la leyenda hecha poesía en la naturaleza. 
A los artistas, a los poetas, a los fotógrafos, a los que saben disfrutar del agua y del árbol, a los que buscan el sosiego, la belleza, les recomiendo visitar este lugar de Michoacán. No se arrepentirán de la elección.


CAMÉCUARO

La luna Nanacutzi se mira en el lago de Camécuaro
aztecas, chichimecas, purépechas
la contemplan sin tiempo
lloran el pasado
Amanece
Los rayos del sol borran la imagen de Huanita
El coyote se esconde
observa a los turistas
deambula entre sombras
Los niños se bañan con los árboles
La brisa encanta el silencio
Las sabinas prolongan su verdor a través de los siglos
El agua transparenta la gala de los dioses
El Viejo del Agua me abraza con sus grandes raíces
Me hace crecer el alma
Me hace llegar al fondo
Su heno me acaricia el cabello
En el suspiro se esparcen las semillas
La sed se apaga en la vivencia
El lago me posee.

©Julie Sopetrán

jueves, mayo 10

EL PARQUE ECOLÓGICO XCARET EN QUINTANA ROO


Xcaret, en lengua maya, quiere decir: "pequeña caleta o cala". Xcaret es un parque temático eco Arqueológico, que se encuentra situado a seis kilómetros de la Playa del Carmen, Mar Caribe en la Riviera Maya, en Cancún. Disfrutar de la historia de México en este lugar, es un verdadero placer, con más de trescientos actores, bailarines, músicos, danzas, espectáculos, trajes típicos, juegos, danzas prehispánicas, charros, ríos subterráneos, delfines, mariposas, atracciones de todo tipo, actividades acuáticas, rutas ecológicas, fiestas que memoran cada lugar de México...
Es para mi un honor traer hoy a Mary Andrade, a MAGIAS DE MÉXICO, ella es una gran periodista, fotógrafo, editora, publicista, dedicada en cuerpo y alma a la festividad e investigación de Día de Muertos en México, a quien le debo mis viajes, mi interés por la Noche de Muertos, mi conocimiento en muchos aspectos de México, mis itinerarios por este gran país.  Mary hoy, desde California, me envía una entrevista muy interesante para los lectores que qieran visitar Xcaret durante la festividad de Día de Muertos. Espero que lo disfruten.

Julie Sopetrán


Tradiciones de Vida y Muerte en Xcaret
Un regreso a los orígenes de Hanal Pixán


     Entrevista y fotos por Mary J. Andrade

     Uno de los lugares que atrae como un imán en el espacio recreativo del Parque Ecológico Xcaret en Quintana Roo es “Puente al Paraíso”, un panteón inaugurado para las fiestas de Día de Muertos en el año 2004, donde “los vivos y las almas deambulan por allí, unos muertos de gusto y otros llenos de vida”, como se narra en el libro titulado “Puente al Paraíso, Panteón Vivo en Xcaret”. En él, a través de su arquitectura y diseño, se manifiesta el arte popular mexicano, en el que resalta el estilo de la zona sur de la península de Yucatán. 
      En este panteón se conjuntan los conceptos del calendario astronómico de 365 días, con el ritual maya, de 260 días. Con base a las concepciones de ambos calendarios se agruparon las tumbas; 260 de ellas están formadas en una espiral ascendente dentro de una pequeña montaña de siete terrazas, en el terreno donde se construyó el panteón. Las 105 que restan para completar el número de los días del año astronómico, se colocaron en el muro exterior que envuelve la montaña

      Cada una de las tumbas es una obra de arte en las que el humor de los mexicanos se manifiesta al poner los epitafios. Humorísticos y conmovedores, algunos son réplicas de varios que se leen en panteones del área y otros que destacan igualmente como una manifestación artística de la creatividad de quienes intervinieron en su creación.



      Es en este escenario, enmarcado por la vegetación, donde los últimos seis años se ha venido realizando un festival que muestra, durante cuatro días, cómo las comunidades mayas de la península honran la memoria de sus muertos. Xcaret vibra intensamente con las luces que iluminan el panteón por la noche. El aroma y el color dorado de las flores de cempasúchitl cubren las tumbas y docenas de altares diseminados en diferentes áreas del parque. Junto al panteón, la aldea maya cobra vida con la energía de docenas de personas que preparan los alimentos distintivos que como ofrendas en honor al alma del fallecido, se colocan en los altares y se comparten con los visitantes. Aquí hay de todo y para todos.



      La misa que se oficia la noche del primero de noviembre, mientras miles recorren el panteón envueltos en la magia de luces y sombra, escuchando a la distancia el murmullo de oraciones, congrega las familias alrededor de un altar que se erige en la explanada del cementerio. Más tarde en este escenario, grupos de música folklórica desfilan interpretando danzas regionales, a la vez que alusivas a la celebración, con los rostros de los bailarines artísticamente pintados como calaveras. Caminos iluminados por velas que los participantes encienden en memoria de un ser querido y que colocan en vasos pequeños de cristal, que cuelgan de una pequeña muralla marcan la ruta hacia áreas donde se desarrollan otras actividades. Cuentistas con fondos musicales, representaciones de obras de teatro tocan las fibras más sensibles de una audiencia que recorre caminos en diferentes direcciones, esperando no perder el inicio de estos programas que se van dando de manera sucesiva.

      Canto, poesía, drama, marimbistas, tamborileros, fandangos, exposiciones fotográficas y bandas ubicadas en sitios estratégicos, convierten a Xcaret en el lugar indicado para celebrar la vida y obtener conocimiento de la tradición prehispánica del Día de los Muertos.
      Con el propósito de ofrecer a nuestros lectores una visión más profunda de todo lo que implica la creación, programación y ejecución del Festival de Tradiciones de Vida y Muerte que se desarrolla anualmente en este parque, sostuvimos una amena conversación con su directora, la Lic. Leticia Aguerrebere Salido.
     ¿Qué motivó la implementación de este festival?
     “El contar con este panteón creado con el propósito de presentar un aspecto de la identidad de México en torno a la muerte y habiendo realizado previamente eventos y espectáculos aislados en los que se pone un gran esfuerzo, y sobre todo el hecho de que la Festividad Indígena dedicada a los Muertos hubiese sido declarada por la UNESCO como “Obra Maestra del Patrimonio Intangible de la Humanidad”, nos llevó a crear un proyecto con miras a que fuera permanente y que se realizara durante varios días”.


     “Personalmente, siempre he tenido una inclinación muy marcada por el Día de los Muertos, ya que nací entre flores de cempasúchitl y garra de león, en la fecha que se celebra la tradición; pero debo señalar que fueron varios los aspectos que se conjuntaron. Para los dueños del parque, quienes son mexicanos, es importante que todo el esfuerzo que se realiza en la organización de un evento sea disfrutado y apreciado por un mayor número de personas, de manera consecutiva. Cuidando siempre la sustentabilidad de una serie de cosas, propuse el proyecto como un festival anual, formando un comité con miembros del Municipio para ver incluso qué nombre se le pondría, decidiéndose por el de ‘Festival de Tradiciones de Vida y Muerte’. Al final somos los vivos los que celebramos a nuestros difuntos”.

       En el área del pabellón infantil, donde horas antes todo era actividad con el desarrollo de talleres, juegos colectivos y obras de teatro, durante el último día del festival de Hanal Pixán, Leticia Aguerrebere comparte las motivaciones que llevaron a los propietarios y a quienes forman parte de la administración del parque, convertido ya en una ventana cultural de México, a establecer y mantener este festival.

      “Hay que señalar que en el Mundo Maya hay la dualidad de la vida y la muerte, de luz y sombra, el arriba y el abajo. Estos elementos que están visibles en el diseño y construcción del  panteón “Puente al Paraíso”, sustentan el objetivo principal del festival de dar a conocer al resto del país lo que se hace en el sur de México. En el Mundo Maya la celebración es como más devota, posiblemente menos festiva que la del centro de México pero igualmente profunda en su contenido y nuestro reto era difundir ese aspecto de los mayas”.

      En el Parque Xcaret se han realizado seis Festivales de Tradiciones de Vida y Muerte, tres han enfocado en Yucatán, Chiapas y Tabasco como los estados invitados. Y aunque hay mucha similitud en la forma de hacer los altares, existen igualmente diferencias muy marcadas en el Mundo Maya, según Leticia Aguerrebere, quien hace hincapié que la importancia del festival radica en ser un encuentro cultural y artístico en donde se puede compartir la tradición, enfocándolo a la vez en las perspectivas contemporáneas.
      Como espectadora y participante del sexto Festival de Tradiciones de Vida y Muerte que se realizó en el 2011 y que tuvo como eslogan “Lo que Muere y lo que Vive junto Agua Vive y Muere”, y como tema principal “La Muerte Niña”, fue un placer muy grande presenciar el espectáculo poético musical “Voces Mexicanas”, a cargo de la sin igual actriz Ofelia Medina, que llenó a su máxima capacidad el teatro de Xcaret.



      “El festival enfoca en dos partes: la tradicional que no debe faltar y nunca perderse porque es lo que da origen a la celebración y la parte contemporánea que le ofrece a las nuevas generaciones la oportunidad de acercarse a la tradición y recuperarla para ellos. El festival presenta el concepto de la muerte como parte de la dualidad, proyectándola de forma diferente a través del teatro, la danza, y la música clásica, contemporánea y folklórica. Igualmente se muestra a través de exposiciones de fotografía pintura y de las artesanales llenan este cometido”

      “La Muerte Niña, Danza Ritual”
       En el festival que se desarrolló en el 2011, el Cuarteto de Carlos Chávez y Jesús Echevarria presentó en el concierto de gala el estreno de “La Muerte Niña, Danza Ritual”, que consta de tres partes: Flor y Canto, La Muerte Niña y la Fiesta de los Muertecitos.


      Al comentar el Maestro Carlos Chávez, al inicio del concierto, sobre a primera parte de La Muerte Niña, titulada “Flor y Canto”, indicó que “está dedicada a los niños que murieron sin dejar la cuna, sin comer maíz. Según los antiguos mexicas, estos niños iban a un lugar que tenía un árbol nodriza con ramas que daban leche y estaban allí alimentándose de las ramas del árbol, esperando para volver a nacer”.
      Antes de iniciar la segunda parte, titulada “La Muerte Niña”, ampliando el concepto prehispánico de la muerte, dice que la madre se pregunta “¿A dónde fue mi niño?” Y le contestan “Está en el árbol nodriza”. “Los mexicas no pensaban en el infierno. No existía el concepto de un lugar de castigo. Era más bien un lugar sin sonido, sin luz y lo que lamentaban era haber perdido la oportunidad de dejar cantos y poesías que era lo más valioso. Por ello, la madre se lamenta que su niño no dejó canto”.


      La tercera parte de la Muerte Niña se titula “La Fiesta de los Muertecitos”. Según el Maestro Carlos Chávez: “Los mexicanos tenemos esta característica de encontrar el lado jocoso, alegre y las fiestas populares en nuestro país que son de duelo y son también de disfrute”.
      Pabellón Infantil y Juvenil

      A través de las diferentes manifestaciones artísticas, basadas en la tradición, es donde las nuevas generaciones encuentran la motivación para que a su vez investiguen dentro de sus propias familias, buscando en sus abuelos el conocimiento de cómo celebraban el Día de los Muertos. Para Leticia Aguerrebere es una propuesta que se ofrece a los jóvenes, a  su vez a buscar el conocimiento de manera individual y por ende a recuperar la tradición.


      “El primero y segundo año del festival no tuvimos el pabellón infantil, aunque se ofrecieron talleres aislados. La necesidad de un pabellón infantil se dio en el tercer año, ya que cada vez llegaban a participar más niños. Ellos aprenden a apreciar aspectos de sus vidas a los que no ponían atención, de manera que cuando sean grandes van a ver las cosas de diferente manera, sobre todo en la apreciación del arte, la estética, el contenido. Ya no se cuecen en el primer hervor como se dice, porque ya tienen escuela”.
       La organización, bajo la dirección de la directora Aguerrebere trabaja con escuelas públicas y con ludotecas. Los talleres que se realizan en el festival son incluyentes tanto para niños con capacidades diferentes, como para personas de la tercera edad. En el 2011, año que el festival tuvo como invitado al Estado de Tabasco, se realizó un taller con niños con limitaciones visuales. En este caso, fueron ellos, precisamente, quienes dieron el taller con una venda en los ojos, simulando ser invidentes. Conducidos por la directora vivieron esa experiencia, enfocándola en el Día de los Muertos.

       Preparativos de todo un año
      Concluido el festival, inmediatamente se comienza a organizar el siguiente, con investigaciones que sustentan, a la hora de la interpretación, la forma cómo celebra el estado invitado, la tradición del Día de los Muertos. Esto ha venido funcionando y están muy satisfechos con los resultados, ya que “hacer un festival es fácil, pero mantenerlo es difícil”.



      “Han salido aspectos muy positivos porque previo al festival se trabaja con las comunidades de la zona maya, asesorándolas en sus danzas, en teatro, realizando también talleres de manualidades, interactivos. Trabajamos en muchas líneas paralelas para que el proyecto avance y parte de la idea es que dicho proyecto se lo apropie la sociedad que vive en Quintana Roo”.
      Participación de estudiantes en el festival
      Según Leticia Arreguebere la Riviera Maya es un lugar multicultural en su máxima expresión. “Tenemos gente de todo México viviendo en este lugar y muchos extranjeros que forman sus comunidades aquí. ‘Tradiciones de Vida y Muerte’ es un proyecto que busca hacer una función social. Los mexicanos estamos acostumbrados a nuestras tradiciones en nuestro lugar de origen, el reto por lo tanto es implementar la tradición a través de un festival. Por ello, Xcaret es un proyecto cultural que ha logrado trabajar en todas las líneas: con gobierno, con sociedad, con comunidad, con turismo y con jóvenes. Estudiantes universitarios y de la preparatoria participan como voluntarios, laborando en diferentes aspectos del festival. Esto les permite formarse como profesionales ganando experiencia y amigos que van conociendo en el camino, en una convivencia que los beneficia y les abre horizontes”.

      Acercando el festival a través del transporte

      El Parque Xcaret está situado aproximadamente a 75 kilómetros al sur de Cancún y a seis kilómetros y medio de Playa del Carmen en la costa caribeña del Estado de Quintana Roo, conocida como la Riviera Maya. La organización se enfrenta a un desafío muy importante: la transportación. Cómo llegan los participantes y cómo se lo acerca a la gente. Al respecto, Leticia Aguerrebere señala que se organiza toda una logística de transportación urbana de diferentes tipos, tanto para los que van a participar, los que llegan de voluntarios, así como los que van a disfrutar como audiencia. “Cada año realizamos una encuesta de satisfacción del expositor y de los que llegan a trabajar, lo que nos ha permitido corregir los inconveniente, y hacer mejoras rápidamente”.


      Empresa Socialmente Responsable

      Xcaret está reconocida como una Empresa Socialmente Responsable (ESR), por el trabajo del festival con las comunidades. Igualmente ha recibido el “Earth Check”, una modalidad de calidad que se asigna bajo las categorías de cobre, plata y oro, de acuerdo a los aspectos de higiene.
      “Earth Check enfoca en cómo se afecta al planeta con nuestras acciones, con nuestras huellas ecológicas. Hemos desarrollado procedimientos de sustentabilidad en el manejo de residuos, de los animales, en el reciclaje. Este año obtuvimos el reconocimiento de plata y se necesita dos años seguidos sustentando esta categoría para obtener el reconocimiento del oro. Se lo ha establecido de esta manera, para que los avances que se van dando lleguen a formarse hábitos”.

      En lo que respecta al apoyo económico, el festival corre con la mayor parte de los gastos  tanto del Estado invitado como de las comunidades de Carrillo Puerto y algunas que quedan retiradas en Yucatán. En algunos casos se organizan las comunidades con el transporte y los organizadores del festival les proporcionan el hospedaje, alimentación y los insumos a los participantes. En lo gastronómico les proveen la materia prima, porque uno de los objetivos del festival es mostrar los procesos en la preparación de los platillos tradicionales de la temporada que se colocan en los altares y que a la vez se ofrecen al público asistente. Lo que se recauda de ellos queda en manos de los grupos que participan en el festival, beneficiando a sus comunidades con dichos ingresos.

    Proyectos especiales

      En Xcaret se realizan tres proyectos especiales durante el año: La Travesía Sagrada Maya, en el mes de mayo; El Festival de Tradiciones de Vida y Muerte en octubre-noviembre y las Mañanitas de Flor y Canto, en honor a la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre. Además se desarrollan las operaciones regulares del Parque que tienen que ver con exhibiciones temporales, permanentes y los espectáculos.

     Aunque el Parque Xcaret es ya un destino turístico conocido a nivel internacional, con 21 años de funcionamiento, los organizadores del festival, en particular su directora, Leticia Aguerrebere sienten la responsabilidad y tienen como objetivo lograr que se proyecte a nivel internacional. “Una persona que no tiene la oportunidad de ir a diferentes lugares para conocer la tradición en sus múltiples manifestaciones, puede venir a este festival y darse cuenta de cómo se celebra el Día de los Muertos en México, obteniendo aquí el conocimiento sobre el significado del altar, la música que se interpreta en los hogares y en el panteón, e incluso participar en el desarrollo de la misa que se oficia al pie del “Puente al Paraíso”, el primero de noviembre. Todos estos elementos los ofrecemos en este lugar”.
       Este 2012, entre el 30 de octubre y el 2 de noviembre, el “Festival de Tradiciones de Vida y Muerte” tendrá como invitado al Estado de Campeche, brindando una nueva oportunidad para disfrutar las manifestación tradicional así como contemporánea, a la vez que religiosa y ritual de la tradición prehispánica del Día de los Muertos, que cruzó las fronteras y los mares convirtiéndose internacionalmente como parte de la identidad cultural de México.
       Para mayor información sobre el “Festival de Tradiciones de Vida y Muerte” los interesados pueden obtenerla visitando el sitio en el Internet: http://www.festivaldevidaymuerte.com/ Para información general sobre el Parque Ecológico Xcaret, visite: http://www.xcaret.com/

       Mary J. Andrade es Editora de Viajes del periódico “La Oferta”, que se publica en San José, California. Puede ser contactada escribiendo a su correo electrónico: mary@laoferta.com o a mary@dayofthedead.com


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