Soneto al amor
Si pudiera quitarte las espinas
con mis manos humanas y terrenas;
si pudiera mi fe sobre las hienas
plantar montes de jaras y de encinas
Buscaría en el mar o entre las minas
donde el oro florece sin cadenas;
y podría robar las cosas buenas
que a través de la luz se hacen divinas.
¡Con qué manos pondría en tu cabeza
mi saliva dulce un viejo ungüento
que aliviara el dolor de tu desgarro!
No sé si es tuya o mía la tristeza
pero el dolor que sientes yo lo siento
como siente la tierra el sol y el barro.
©Julie Sopetrán
Hace ya varios años que escribí este soneto en otra
Semana Santa. Lo comparto hoy con ese recuerdo
de mi estancia en América.