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viernes, abril 13

EL BALLET FOLKÓRICO DE MÉXICO DE AMALIA HERNÁNDEZ



Texto y fotos: Julie Sopetrán



Fue en Acapulco, en uno de los Tianguis de Turismo, donde pude conocer, admirar y fotografiar libremente estas danzas realmente espectaculares. Era el triunfo sin precedente de la que fue su creadora: Amalia Hernández, que falleció en el año 2000. Después, pasó la dirección a su hija, Norma López Hernández, que falleció el pasado Agosto de 2011 y que siguió los pasos de su madre, manteniendo vivo el repertorio y las coreografías. Su hijo, Salvador López López y su media hermana, Vibiana Basanta, seguirán manteniendo la dirección y el alma de este gran Ballet Folclórico de México.

   Amalia Hernández. Foto propiedad del  Ballet Folklórico de México. Adquirida por el mismo Ballet en el Tianguis de Acapulco.

Amalia Hernández, fue una mujer que dedicó años de trabajo y estudio a la danza mexicana en la segunda mitad del siglo XX. Su pasión era no sólo por la danza y la música, también la coreografía, su frenesí sin barreras logró su indiscutible marca de mexicanidad. Una mujer con una voluntad de hierro, su firmeza, su entusiasmo, se exhibían en escena, en cada una de sus presentaciones y en cada paso de su gran espectáculo.

                                                                                                            
                                                                                                La novia del arte

Desde muy niña, Amalia ya sentía la vocación de bailar. Don Lomberto Hernández, su padre, militar y político, y su estricta madre, maestra, Amalia Navarro, pusieron a su hija dos profesores de categoría como fueron: Sybine, un bailarín de la compañía de Pawlova y Madame Dambré, de la Ópera de París. Amalia nació en la ciudad de México el 19 de septiembre de 1917.

     
                                                                              El bailarín que sabe conquistar el corazón

Estudió ballet clásico, pero Amalia tenía también una gran profesora española, "La Argentinita" y otra más Waldeen, norteamericana. Aprendió no sólo baile clásico español y moderno, también se dedicó a estudiar las danzas ancestrales de su país. Y creó la Danza guerrera en honor de Tláloc, Ofrenda y duelo, Danza de Tláloc y Chalchihtlicue y también, la Danza final de júbilo.
Fue también alumna de Nellie y Gloria Campobello, Tessy Marcué... entre otros. Estudió en la Escuela Nacional de Danza, pero salió de esa misma escuela por tener conflictos con la directora. Ella sabía todo lo relacionado con la coreografía, en su alma mestiza danzaba también el eco de los valles de México, la voz de las montañas, la majestuosidad de los dioses que, de todo esto, hay en el arte que nos ha transmitido, como es el pasado y el presente de México a través de la danza y de la música.

         
                                                La sonrisa que es música y danza del país más alegre del mundo

Ella y su hija, han sido toda una explosión de sentimientos y emociones que transmitieron en  sus coreografías la belleza del alma mexicana.
Una de sus primeras experiencias como artista independiente fue cuando estrenó su conocida coreografía "Sones de Michoacán" obteniendo un éxito indiscutible.


Fue en 1952 cuando formó su propia compañía, presentando al público el folklore más vivo de México.  Su talento, su decisión, la hicieron triunfar en todo el mundo. Son innumerables los premios que ha recibido por su obra, incluido el mas importante de México como es el Premio Nacional de Cultura.
Ha innovado y renovado constantemente la música y la danza y después de su muerte, su familia ha heredado, no sólo el prestigio de su quehacer sino también el arte que ella prodigaba sin cesar.  Amalia comenzó con ocho bailarines, al principio todos bailaban ballet clásico y también danza moderna como ella, y luego todos pasaron al folklore. En 1959, eran ya cincuenta los bailarines que componían su grupo.


                      
                                                                        Jarabe, fantasía, color, movimiento...
                                                                                                    
Cuando yo lo vi, me impresionó tanto el vestuario como el maquillaje, la presentación de los bailarines y los trajes exquisitamente cuidados y de gran colorido, así como la movilidad y esa elegancia y alegría que proporcionan la música y la danza de México.


      La elegancia de la mujer mexicana luciendo los trajes regionales de México, no tiene imitación en el mundo porque su porte es único.

Actualmente el Ballet Folklórico de Amalia Hernández, actúa en la ciudad de México en el Palacio de Bellas Artes durante el mes de Abril. Son ya más de cien artistas entre bailarines, cantantes y músicos. Ojalá que siga manteniendo el éxito y el trato que sus antecesores le dieron para que no se pierda este legado sin precedentes. 

                                            ¿Marimba de Chiapas? Movimiento que es llama en el espíritu. Revuelo de color que es arte.

El Palacio de Bellas Artes está ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, es el teatro lírico más importante del país, la UNESCO lo declaró monumento artístico en 1987. Es un edificio de cincuenta y dos metros de alto que dan lugar a sus cuatro pisos. Cuenta con cuatro salas principales, una cafetería, librería y salas de exposiciones. Su aforo es de más de  mil quinientas personas y es el único teatro del mundo, dentro de los teatros de ópera, que tiene un telón antifuego, donde se aprecian los volcanes mexicanos Popocatépetl e Iztaccihuatl. Fue encargado a la casa Tiffany de Nueva York. Sus murales son de una gran belleza, pintados por Siqueiros, Roberto Montenegro, Orozco, Rivera... Famosa también es su lámpara de cristal que representa al dios griego Apolo rodeado de las musas, diseñada por el húngaro Geza Marotti. En su escenario debutaron grandes de la canción como Lola Beltrán, María Callas, Pavarotti, Plácido Domingo, Tereza Berganza, Marilyn Horne, Rudolf Nuréyev...
                      
               Foto de Daniel Manrique.  Palacio de Bellas Artes. Ciudad de México.

El ritmo, los movimientos, la música unida a las presentaciones de los trajes, dan a este espectáculo un carácter único en el mundo. Las danzas prehispánicas, como la de Los Matachines, danzando con sus dioses. Las de la Revolución, personificando a la mujer con sus rifles y a la famosa Adelita. Los Colcheros, del Estado de México, también los bailes relacionados con la zafra del azúcar de Tamaulipas.


                           Las danzas prehispánicas que expresan el increíble misterio cósmico del Universo.

La Charreada, con los Jarabes rancheros, tapatíos, clásicos. Los bailes de las distintas regiones de México, con sus pasos de gran belleza y alegría que dan color y personalidad al espectáculo, representando a Veracruz, Michoacán, Oaxaca, Guerrero, Tlaxcala, Yucatán y cada uno de los Estados Mexicanos con sus innumerables bailes. La Danza de los pescadores, Los abanicos, La Jorocha, El Siquisiri, El Payaso, Los Viejitos... De cada una de estas danzas se podría escribir una historia.  Pero son los bailarines los que la escriben con sus pies y sus brazos y su cuerpo en el escenario.



                                                                                                      Carnaval en Tlacotalpan

Los bailes de Chiapas, con sus marimbas, la Danza del Venado, la Fiesta de Jalisco, los mariachis... En sus más de cincuenta años de creación este Ballet ha realizado más de quince mil funciones y más de cien giras a lo largo y ancho del planeta. Estas funciones expresan en cada actuación diez diferentes bailes que confirman la excelencia musical de México.

         
                                                                          Las reatas y los machetes de Tamaulipas...

Amigo lector, si visitas México, no dejes de acercarte al Palacio de Bellas Artes, este Ballet actúa todos los miércoles a las 20:30 horas y también los domingos.

En este espectáculo han participado excelentes bailarines, compositores, diseñadores, cantantes, especialistas de  la creatividad y del repertorio, de la estética y de la escenografía, técnicos de la música y amantes de las raíces folklóricas que han logrado dar lo mejor de sí mismos. Por esa misma  razón  en 1961, obtuvo el primer premio otorgado a grupos de danza dentro del Festival de las Naciones, en París.


Amalia Hernández creó Escuela, y a ella acuden en la actualidad unos trescientos alumnos, en cursos que comienzan en el mes de septiembre y terminan en junio, en esta escuela por las mañanas hay ensayos del Ballet y por las tardes se imparten las clases. También existe un curso de verano abierto a cualquier público y perdura todo  el mes de julio, incluidos grupos infantiles. Pero lo más interesante es destacar que la Escuela no tiene fines lucrativos y lo que importa es mantener la vigencia de la enseñanza y difusión del folklore de México para que nunca acaben las tradiciones.



El coraje dibuja en el aire la belleza que es arte. Desde las danzas taraumaras dedicadas al Padre Sol y a la Madre Luna, pasando por la Mojiganga de Carnaval, por la Marimba de Chiapas o el Zapateado y los sones de Jalisco, por el movimiento en color de todas las flores tropicales que se hacen danza, por todos los árboles de las montañas que aplauden el fuego de la música, por todas las miradas que bailan al son de la Soldadera o la danza de amor y odio de Zapotecas, desde todas las danzas de México y con toda la sangre en movimiento, el Ballet manifiesta la elegancia y la fiesta más espectacular que pueda exhibirse en un escenario.



                              Zapateado y sones de Jalisco

Las Tamboras de Sinaloa, Redobas de Nuevo León, Poesía Huasteca, la Gracia de Veracruz, la Energía Yaqui, las Plumas de Oaxaca, la Dulzura del Norte, la Elegancia de Michoacán, los Sones de Jalisco, los Matlachines de Aguas Calientes, la Sensualidad del Istmo de Tehuantepec, el Árbol dando cobijo al son de Guerrero, las Emociones Tarascas... Todo ello es una manifestación de alegría y buen hacer, el ritmo  y la ilusión, la fuerza y el ardor del corazón, lo profundo, lo íntimo, el amor, todo baila en los ojos con gran delicadeza, elegancia y arte.


                                                    
                                               Gestos ancestrales


Bien puedo decir que viendo este espectáculo, México, todo México, es  canto, música y...Magia.


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