Texto y fotos: Julie Sopetrán
Las capillas
"son los edificios contiguos a una iglesia, o que forma parte de ella, con
altar y advocación particular", según dice nuestro Diccionario de la
Lengua Española, pero en Michoacán, cuando se dice Las Capillas, se piensa en
una zona especialmente purépecha, donde además de atender a los enfermos, en estas capillas se rezaba y fueron creadas por
verdaderos artistas indígenas, guiados por misioneros allí instalados, que
fueron a conquistar esos territorios tan distintos a los físicos y que
pertenecen a la belleza del espíritu creador.
Desde Morelia a
Uruapan hay más de cien kilómetros que recorrer pero el camino no se hace largo
yendo por tan típica y pintoresca sierra rodeada de pueblos indígenas.
Ya en Pátzcuaro
"lugar de pescado", encontramos la Capilla del Humilladero. A su
retablo se integran piezas de diversas épocas, con diferentes estilos. Podemos admirar su frontal barroco de una belleza singular, así como sus
esculturas de arcángeles. Paseando los
pueblos de Uruapan, "el lugar donde los árboles siempre tienen
fruto", sobre todo de aguacates, y contemplando el paisaje desde una agradable
carretera, rodeada de bellísimos
bosques, encontramos lugares tan atractivos como Zirahuen, que le da el nombre
a su azulado lago.
Serpenteando el
camino, a la derecha, encontramos la llamada Meseta Tarasca y los
pueblos de Capacuaro, Paracho, Aranza, Cherán, Carapan, es el camino que
conduce rumbo a Zamora... Pero si vamos
a la izquierda, encontraremos otros tantos pueblos indígenas llenos
también de encanto. Son subidas y bajadas desde donde se puede contemplar el
paisaje. Tingambato donde no sólo
podemos comer las mejores chirimoyas del mundo, también visitar sus
descubrimientos arqueológicos relacionados con los teotihuacanos.
Sin duda
Uruapan y sus alrededores, forman parte de un paraíso de color y sabor
michoacanos y, sí, existen numerosos lugares para contemplar,
admirar, sentir y vivir plenamente su
belleza, como San Juan Nuevo Parangaricutiro, se dice Nuevo, porque fue fundado
después que la arena y la lava de la erupción del volcán más joven del mundo, el
Paricutin, sepultó al Viejo pueblo. Este lugar se llamó anteriormente San Juan
de las Colchas o Parangaricutiro.
Vamos dirección
a Angahuan, que significa "Ahuahuani, no son muchos", comunidad indígena,
de este pueblo he de destacar la magnífica fachada plateresca de su iglesia,
así como su artesonado. Desde el mirador, se puede ver el volcán Paricutín y el
templo de San Juan cubierto por la lava.
Seguimos a
Corupo, por San Felipe y llegamos a Pomacuaran,
que significa "lugar de muchas palmas", en un atrio, desde lo
alto, podemos contemplar un paisaje único en el mundo, allí se encuentra el
templo de San Miguel, con una techumbre de madera que llama la atención por su
belleza y por el lugar donde se encuentra tan espectacular como inesperado.
Otro lugar:
Nurio o "El Nurite" famoso por el Templo dedicado al Señor Santiago Apóstol,
este lugar es uno de los más especiales o solemnes de la arquitectura novo hispana.
Posee también su Capilla Hospital, su interior es de lo más bello que puede
contemplarse en artesonados policromados.
Desde ahí
seguimos hasta Cocucho, este pueblo significa "gente que vive en la cima o
en lo más alto" Su iglesia de piedra y barro, está dedicada a su patrón
San Bartolomé, aunque su artesonado está dedicado al Señor Santiago Apóstol y
la belleza de su retablo es inigualable.
Los santos
tienen una singular importancia en estos entornos indígenas, especialmente
Santiago Apóstol, y todos los símbolos del Camino de Santiago, que sin duda,
llevaron los misioneros a estos lugares. Muy cerca de Cocucho, está Charapan,
el "lugar de la tierra roja", aquí, su iglesia está dedicada a San
Antonio de Padua. Y así llegamos a
Zacan, "lugar pedregoso" su enorme templo está dedicado a San Pedro,
llama la atención su gigantesco y bellísimo retablo, dorado, con pinturas y
esculturas muy valiosas, como un relieve del Buen Pastor en la puerta del
Sagrario. Famosa es en toda la Sierra, las fiestas de San Lucas en Octubre.
En esta Meseta P´urhepecha,
son muy comunes las huatáperas, (capillas hospital), que contienen hermosísimos
artesonados, imágenes policromadas, detalles y tesoros de gran valor artístico
que adornan el quehacer diario de los indígenas, todo envuelto en esa paz y
limpieza de los bosques y las montañas y también en esa rudeza campesina que
puede, con el tiempo, aniquilar la obra de arte, por la humedad de las lluvias
o por el mismo abandono humano.
En el pueblo de
Pomacuarán, se perdió el templo principal, el actual es la capilla de lo que
fue hospital y está dedicado al patrón del pueblo, San Miguel Arcángel, tal vez
esta capilla es de 1533, reconstruida en 1672. En su interior el piso es de
tablones de madera originales, el techo es un artesón de media artesa,
sorprendente, está adornado con ingenuas pinturas que hacen alusión a la vida
de Jesús. También se pueden admirar escenas de la vida de la Virgen, ángeles y
lo más curioso, es que aparece la imagen del demonio vencido por el arcángel San Miguel y
una escultura bastante grande de Luzbel.
Me sorprende ver los vestidos y adornos que ponen a los santos y a las
imágenes en estos lugares, los visten como si fueran personas.
Frente al templo existe un atrio donde el
turista aprovecha para contemplar el paisaje y llevárselo en su cámara.
Recuerdo de este lugar, la cocina, que pertenecía al antiguo hospital y todavía
conservaba el olor y el sabor del lugar, las mujeres cocinaban afanosas y no
dejaban que nos fuéramos sin probar la comida.
Entre los
muchos pueblos que visité se encuentra también Santiago Nurio, el nurite es una
variedad de te, de ahí le viene el nombre. Este lugar se encuentra en el centro
de la llamada Meseta. La gran fachada
del templo es sorprendente para el visitante, algunos nativos dicen que es
la Catedral de la Sierra, dedicada también a Santiago Apóstol. En el friso de
la fachada se puede leer 1639. Su planta
es rectangular, sus muros están construidos en piedra y lodo y ostenta un
precioso frente de piedra labrada.
Frente al templo existe una cruz también de piedra labrada. Al entrar al
templo, a mano derecha, llama la atención el baptisterio, su originalidad está
basada en que parece un barco llevado por los apóstoles. Al alzar la vista me encuentro con un
delicioso coro de ángeles, querubines y músicos pintados y enmarcados con
diseños de grecas y lacerías multicolores de gran magnificencia, justo allí en el entablado del sotocoro. Me admiro ante
los tres retablos barrocos del siglo XVI, dedicados a la Inmaculada Concepción
de la Virgen, que preside el hermoso conjunto y también una pintura de Santa María Magdalena y un
retrato que se supone representa al obispo de Michoacán Francisco Aguiar y
Seixas.
Algunos
retablos son de estilo neoclásico, la
cornisa de madera soporta el artesón ya sin pintura y algunas vigas, sin
embargo, conservan intacta su decoración.
En este lugar
fue donde Tata Vasco de Quiroga, organizó la producción del sombrero de
fieltro.
En Cocucho, al
norte de Charapan, tal vez uno de los lugares más altos de la Sierra Purépecha,
se levanta un templo precioso, siglo XVI, dedicado a San Bartolomé Apóstol, en
su cruz atrial se encuentran los símbolos de la Pasión de Cristo. Su fachada es
de arco de medio punto reformado. Partes del artesonado están decolorados, pero
sin embargo, conserva su policromía el entablado inferior, en forma de trapecio
que techa el coro. Es de gran
originalidad el recuadro donde se pintó a Santiago Apóstol en su mejor
representación de "mata-moros" montando un caballo blanco y portando
una espada, luchando contra los "infieles", entre las patas del
caballo, se ven restos de hombres descuartizados; al lado izquierdo se ve un
grupo de españoles orando y otro disparando. En la parte derecha hay un
castillo en llamas.
En la parte
superior se representa a la Santísima Trinidad junto a la Virgen como
intercediendo en la contienda. Vasco de Quiroga tuvo mucho que ver en llevar a
cabo estas obras de arte con ideas religiosas que tan magníficamente hicieron
los nativos en la madera. Unos troncos grandes con cubierta de tejamanil,
forman una especie de espadaña que guarda artísticamente las campanas. Merece
la pena recorrer la Meseta para admirar estas Capillas únicas en el mundo por
su originalidad.
En estos
lugares, las mujeres son muy fieles al idioma nativo, también conservan su
indumentaria de blusas bordadas con gran esmero y artesanías muy variadas,
elaboran también objetos utilizando las mazorcas del maíz y sus hojas. Ellas trabajan
y crean los "guanengos", prendas bordadas a punto de cruz, también
hacen las famosas "cocuchas", que son unas ollas alargadas de
diversos tamaños, pueden ser voluminosas, se usaban en otros tiempos para
guardar agua, alimentos, etc. Y dicen, que antiguamente se usaban como féretros
para colocar los cadáveres de los difuntos. Aunque la población es
purépecha hablan también el español.
He de destacar
que cuando yo visité estos lugares, existía un Consejo Nacional que promulgaba
el lema: "adopte una obra de arte", son gente voluntaria
interesados en conservar su patrimonio, esto consistía en despertar la
conciencia de la sociedad ante estas obras de arte que se estaban destruyendo y
querían restaurarlas recogiendo donaciones. Conservar y restaurar, no es fácil,
con estos programas del sector privado, se refuerza y regenera la cultura
haciendo partícipes a las instituciones. Adoptar una obra de arte es ayudarla a
que permanezca, obras pictóricas, esculturas, textiles, libros de gran valor se
están salvando de esta manera.
Amigos, si van
a México, les recomiendo este recorrido por la Meseta Purhépecha, no se
arrepentirán de visitar estos lugares. Las Capillas en la zona de Uruapan,
están todavía por descubrir, son auténticas joyas que nos hablan de una fusión
universal, como fue la indígena y la española. Su valor y su belleza quedarán
para siempre en la retina y en el corazón del visitante que sepa apreciarlo.