Retablo del Monasterio de Sopetrán en el Museo del Prado
SI ERES TÚ, VENTE CONMIGO
El Niño Dios tiene frío
¿Quién lo puede calentar?
¡Si eres tú, ven a cantar!
Por la orillita del río
va caminando el Amor
tropieza con el rencor
y termina en el vacío
te digo, y no desvarío
sin Amor no puedo andar…
y el Niño Dios tiene frío
¿Quién lo podrá calentar?
¡Si eres tú, ven a cantar!
Me duele lo que me apena
penita del sentimiento;
si te canto lo que siento
te amargo la Nochebuena.
Este mundo me da pena
porque impera lo que es mío
y si el Niño tiene frío
¿Quién lo podrá calentar?
¡Si eres tú, ven a bailar!
Bailando se nos olvida
la injusticia, la maldad,
lo que ata a la humanidad:
la soberbia, la avaricia…
No es bueno para la vida
es orgullo en desafío…
Y si el Niño tiene frío
¿Quién lo podrá calentar?
¡Si eres tú, ven a soñar!
Que los sueños son puntales
que afianzan voluntad,
si buscas felicidad
canta, baila, sueña, ríe
pues aquel que no sonríe
padece de algún vacío…
¿Quién lo podrá calentar
al Niño recién nacido?
¡Si eres tú, ven a jugar!
Si no juegas no eres libre
ser libre es saber jugar;
si has nacido para Amar
pues demuestra tu calibre
o aquello que te equilibre
también te dará albedrío…
Si mi Niño tiene frío
¿Quién lo puede calentar?
¡Si eres tú, ven a rezar!
Si en tu soledad no rezas
no meditas, no agradeces
te darán lo que tú ofreces.
Que ya siento el Paraíso
porque asumo compromiso
y es parte del atavío…
Venceremos hielo y frío
Que al Niño hay que calentar
porque la meta es: ¡Amar!
©Julie Sopetrán

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