Por Julie Sopetrán
Por Julie Sopetrán
Tapetes creados para la Procesión de Cristo Rey en Patamban. Foto: Julie Sopetrán
Salimos de Morelia a las nueve de la mañana, tardamos más de dos horas y media en llegar a Patamban, situado cerca de la gran montaña del mismo nombre. Había tramos del camino llenos de charcos de la lluvia recién caída, tierra húmeda, hondonadas, árboles...
La Oficina de Turismo había puesto dos coches todo terreno a nuestro servicio, dos guías, todo estaba perfecto para emprender un viaje a un lugar tan desconocido y realmente mágico. Lugar al que he vuelto varias veces, para degustar con más conocimiento mi encuentro con el pueblo purépecha.
Momento antes de comenzar la procesión. Foto: Julie Sopetrán
Mi salud no era muy buena, un catarro frente al cambio de clima, retortijones de vientre, escalofríos, fiebre... Todo iba desapareciendo con algunos refrescos y la impresión de ver tanta gente en un lugar tan apartado, tan escondido, tan imprevisible. Creo que me curaron los colores de tantas flores, de tanta luz concentrada en Patamban ante la celebración de la fiesta de Cristo Rey. O tal vez fueron los olores, aromas de flores y de frutas, olor a guayaba, a inciensos de mil hierbas... Creo que las imágenes hablan por sí solas. Podría decir que me pareció una fiesta caótica, una mezcla de fe compartida, de humanidad dispersa, de cercanía entrañable, de fiesta y comida, de mercado abierto, todo mezclado y a la vez, en perfecta armonía. Recuerdo que por las calles, mientras se celebraba la procesión, lo mismo se veían grupos de gente portando cerámicas con sus burros, que otro de pastores de cabras dirigidas por un niño hacia su casa.
Dos mujeres purépechas conversan. Foto: Julie Sopetrán
Pero a la vez tenías que rezar porque sobre las calles empedradas, una magistral obra de arte, anunciaba el paso del Señor. El último domingo de Octubre, se celebra en Patamban, Michoacán, la Feria de la Loza y la Procesión de Cristo Rey, son fiestas purépechas, todos los pueblos de la región acuden a éste centro de religiosidad y mercado por antonomasia. Creo que es la procesión en honor de Cristo Rey más espectacular que yo he visto en mi vida.
Una de las calles de Patamban. Foto: Julie Sopetrán
Todo el pueblo colabora en la elaboración de los tapetes, hechos con aserrín y pétalos de flores, papel cortado y artesanías de todos los gustos. Los niños, los ancianos, las madres... Todos hacen camino para que pase Cristo Rey por sus casas. Creo que son más de tres kilómetros el recorrido por donde el sacerdote va portando en sus manos la Sagrada Custodia. Las calles de este pueblo están todas hechas de piedra y, sobre los empedrados, es donde hacen estas obras de arte con formas de cisnes, mariposas, estrellas y un sin fin de diseños purépechas y cristianos, todos mezclados y realmente creativos.Creatividad viviente, palpitante, compartida.
Dos detalles de los tapetes elaborados por la gente del pueblo.
Llegas a sentirte, parte integrarte del lugar, con esa mezcla de todo un conjunto que impregna en tu ánimo, ese ánimo de ser y estar en un lugar carismático, impredecible, único. Por todas las calles, que no llegas a recorrer en un día, admiras los adornos de papel hecho todo a mano, es pura artesanía. Son flores, formas diferentes, con delicados colores, cintas, arcos de flores naturales, sendas, todo colocado de tal manera que nadie en el mundo podría hacerlo mejor.
Dos caminitos por donde pasa el sacerdote con la Custodia. Fotos: Julie Sopetrán
La senda por donde pasará el padrecito, no se puede pisar, porque ese sacerdote, llevará en sus manos la Custodia y todo está hecho para Cristo Rey. El pueblo está construido con adobes, en el rincón más apartado se ven las camelinas adornando el más leve soplo de viento o la gota del sudor silenciosa... Las flores habitan y se ven por todas partes, rosa, amarillo, blanco, rojo, tienen los mismos colores que los tapetes, inspiran a los artistas, a los habitantes, te hacen sentir y gozar, la flor de la canela, la dalia, la flor de changunga, las orquídeas, la flor de calabaza, y algunas que no conozco sus nombres...
Otro momento de la procesión. Foto: Julie Sopetrán
Las flores cantan en las pirekuas como Izitziki Canela, son canciones que comparan a las mujeres con las flores. Las mujeres envueltas en sus rebozos, portan en sus manos una vela encendida. Sus trajes son muy sencillos, una falda a la que llaman "sabalina" que va sujeta con un ceñidor, algunas dejan sobresalir un poco de tela unos 15 centímetros y así forman como un rollo, estas son las faldas tarascas. Unas llevan la falda negra y otras de colores es como un pañete, las enaguas son blancas como de manta. También llevan dos ceñidores, uno sujeta la falda y el otro es sólo un adorno. Las blusas o camisas van plegadas al pecho y a la espalda, se ve una jareta a lo largo del escote, que va bordada sobre los hombros, los bordados llevan figuras de flores y animales.
Algunas visten con delantales de cretona haciendo cuadros de muchos colores. Se peinan con dos trenzas y llevan aretes con diseños muy variados. Aunque una de las prendas más bellas, sencillas y hermosas de la mujer purépecha, es el rebozo, con rayas y flecos. El traje del hombre es también muy sencillo, consiste en una faja tejida a mano, el traje es de manta, el sombrero está hecho de petate o de tubo de trigo, cuando lo usan para todos los días. Siguiendo el paso de Cristo Rey, vemos cómo el Sacerdote reza, se para en una de las calles y con la Custodia bendice a las gentes, mientras tanto el monaguillo con su capa roja y su botafumeiro aviva el incienso.
La orquesta ameniza la procesión. Se sale de la iglesia a las diez o las once de la mañana y se regresa por la tarde a las cinco o las seis, cuando no las siete. Son seis o siete horas de procesión. El paso es la música. Luego, o antes, o cuando se puede y te lo pide el estómago, se comen las carnitas, los sopes, las tortillas, los frijolitos tanta comida que se ofrece en México por donde vayas. Y en esos ratos libres de la procesión, se van admirando las artesanías que por las mismas calles exponen los purépechas para su venta. Diablillos de Ocumicho. Piñas enormes de San José, de color verde y cobre. Ollas de Patamban, hechas con “barro de cascarón”.
Hablaremos en otro capítulo de esos tianguis. Lo sorprendente, fue cuando después de unas dos horas ya casi de noche, me perdí, no sabía cómo regresar al lugar donde habíamos quedado los guías y demás compañeros.
Me perdí porque en cuestión de dos horas después de la procesión, ya habían desaparecido todos los adornos por los que antes me había guiado. Patamban no es un pueblo pequeño cuenta con más de tres mil habitantes, está situado en el Municipio de Tangancícuaro, a tiene una altitud de más de dos mil metros. Buscando mis pasos supe que no estaba tan lejos de aquel adorno centro de reencuentro con mis amigos. Mereció la pena conocer un México verdaderamente profundo, religioso y en armonía con la naturaleza, como nunca hubiera podido imaginar.
Iglesia antes de la procesión (Foto: Julie Sopetrán)
DESDE LA PROCESIÓN EN PATAMBAN
¡Oh Señor! Tú que sabes del gozo y la ternura
de estas gentes purépechas que te adornan los pasos
que te hacen el camino con la flor de la tierra
y las variadas hierbas de acahuales y milpas.
El niño, el viejo, el joven, familiares y extraños,
miramos los tapetes cual si fueran sagrados los caminos:
mariposas monarca, cisnes alados, estrellas jubilosas...
arcos, diseños, marcas, colores, símbolos, reflejos,
triángulos, cuadrados, rombos y líneas paralelas
y mosaicos, y luces, pensamientos
que se cruzan de una esquina a otra esquina
de una calle a otra calle
viendo pasar a Dios por la belleza.
¡Oh Señor! Tú que sabes de blancos, de amarillos, de rosas,
de negros y de rojos, de azules y de malvas,
de velas encendidas y posturas sublimes.
Tú que te sientas con ellos, los indígenas, y con ellos
dejas pasar el tiempo por esta variedad de afanes,
de nostalgias...
Dame de esa armonía el aire o la flor más dulce
que brilla en la sonrisa de los niños o entre los brillos
de todos los adornos de este día sublime.
Dáme un poco de luz para mis manos áridas
que tocan el espacio, la distancia, la risa de los pájaros.
Dime, dame desde la ermita la palabra que exprese
todos los contenidos y las formas.
Aquí desde lo más alto de Patamban en procesión de arte
en mercado de sueños
en ilusión de encuentro, en gesto de oración,
en expansión de almas
¡Oh Señor! Cristo Rey, Tú que sabes...
dame un poco de luz para el regreso.
© Julie Sopetrán
Desconocìa todo esto.
ResponderEliminarRealmente impactante.
Un abrazo.
Oh que páginas....con lo que quiero a México,,,,
ResponderEliminarPRECIOSO TODO.Perdón....Sólo contemplo , me quedo en blanco....Pasaré más.por aquí....Un abrazo.
Muy interessante! Los adornos de papel me encantam!Los tapetes! Muy hermosa la fiesta. Pero ¿de verdad crees Patamban no es un lugar pequeño, ya que cuenta con más de 3 000 habitantes? Aquí en Brasil, las ciudades con menos de 20 000 habitantes son consideradas demasiado pequeñas!Abrazos, Julie
ResponderEliminarHola amigos, gracias por vuestros comentarios. Me alegra saber que leen estas páginas desde otros lugares. Gracias Gaucho, Francisco.
ResponderEliminarAnamaría, te diré que para mi Patamban no es un lugar pequeño, imagínate que yo vivo en el campo el pueblo más cercano tiene 80 habitantes. En México los pueblos son mucho más grandes que en España, la capital de provincia de Guadalajara no llega ni al medio millón de habitantes. Creo que ahora tendrá unos doscientos cincuenta mil más o menos. Imagino que los pueblos en Brasil son enormes. En esta fiesta de Patamban, lo impresionante es que no sólo la gente del pueblo colabora, hace la fiesta, sino que triplican los visitantes por miles de toda la zona purépecha, es una fiesta no sólo de Patamban sino de todos los pueblos de alrededor y de la sierra, además del atractivo turístico. Te aseguro que es realmente impresionante y si te gustan los adornos y los tapetes, te invito a que lo visites. Un abrazo.
My dear friend Julie
ResponderEliminarMy eyes have tears, very moved by the photos of you and the reportage!
It's great people, I wish I could go to Mexico ..
I thank you very much
Warm greetings
Lindo! Beautiful!
ResponderEliminarParabéns! Congratulations!
Um abraço,
Isabel Montes
PORTUGAL
http://isabelmontes-poemas.blogspot.com/
Hola Julie, me has dejado impresionada con tu blog.
ResponderEliminarVengo de visitar la página de mi amiga Balovega, y de paso me quedo contigo.
Alicia.
Julie, México es una cuenta pendiente, pero ¿sabes qué?, no voy a irme de este planeta sin conocerlo. Y mira la casualidad, yo vivo en la calle México en Buenos Aires.
ResponderEliminarTe dejo un gran beso y gracias por compartir cosas tan bellas.
Humberto.
Hola Magda. Thanks very much for your words. Hope one day you can use your camara there.
ResponderEliminarLove.
Isabel, gracias amiga, por adentrarte a leer estas experiencias.
Alicia, gracias por entrar a este rinconcito mexicano.
Humberto, sí, debes ir a México, es un país maravilloso, sus gentes, sus fiestas, su comida. Me he reído mucho, cuando yo vivía en Madrid, vivía en la calle Mexico... qué curioso. Eso quiere decir que irás a México. Gracias por tus palabras.
esta asturiana te da infinitas gracias por compartir con nosotros tan magna belleza, un besin muy muy grande.
ResponderEliminar¿Hola Julie? Acabo de leer todo y Ver las fotos y de verdad que estoy emocionada.
ResponderEliminarQue hermoso es andar por el mundo y conocer otras culturas que muchas veces no dan ejemplo.
¡Creo que son modelo a seguir y nos dan una lección tanto de religiosidad, de humanidad, de humildad, sencillez, de unión y camaradería entre ellos- como hermanos!
Tenemos que fijarnos, lo felices que demuestran ser, seguramente con muy poco.
¡Te felicito por poder asistir a esa Ceremonia de la Procesión de la Santa Custodia! También por las fotografías que las haces fantásticas
Y todo el reportaje en general. Y luego la poesía Al Cristo Rey. Magnífica.
Bien pues a través de tu mano y con tus pasos, hoy he viajado a esa parte de México y he conocido el pueblo de Patamban y las costumbres de sus gentes maravillosas.
Un abrazo Julie y gracias por compartir tanta belleza con todos nosotros. Besitos de esta amiga que te estima. Se muy feliz.
En verdad eso.es toda una magia natural tanta flor y adornos creo que no esta muy lejos.de donde ,pero hay tanta belleza en nuestro estado muy dificil de escojer ,felicidades muy buen documental
EliminarSaludos desde Tangancícuaro, yo soy de aquí. Y esperamos que vengan a Patamban, es un pueblo único, con comida deliciosa y tradiciones inigualables. Es bonito saber que alrededor del mundo aprecian tanto a nuestra cultura purépecha. Los esperamos el próximo octubre. Saludos
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