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sábado, mayo 26

UN PASEO POR EL LAGO DE CAMÉCUARO


Texto y fotos: Julie Sopetrán

Son diez hectáreas de Parque Natural, con un clima templado, subacuático, su fauna y flora es de gran belleza gracias al Patronato Lago de Camécuaro, que en lengua tarasca quiere decir "lugar del baño", y también "lugar de la amargura oculta", según Fray Juan Bautista Lagunas. Se decretó como Parque Natural el 18 de Junio de 1940, siendo Presidente de la República Don Lázaro Cárdenas del Río.
Son 1400 metros de largo por 100 de ancho, sus aguas cristalinas y sus árboles milenarios. Lo curioso de este lugar es que los árboles se mantienen dentro del agua, formando caprichosas y exuberantes raíces.


Se encuentra a catorce kilómetros de Zamora, en Michoacán, en el municipio de Tangancícuaro. Se llega por la carretera nacional número 15.
Dentro del lago existen dos nacimientos de agua: el de Junguarán y el de Cupátziro. El agua surge de las entrañas de la tierra y de las lluvias que llegan al lago desde la Meseta Tarasca. Un paseo en barca por este lugar es realmente mágico, no sólo por la vegetación, también por la belleza natural del entorno. Es un lugar de capricho por la gran variedad de árboles: ocotes, sabinos, fresnos, madroños, ocales, maguey, encinos, arbustos y coníferas. Los árboles más viejos se cuidan y protegen con diversos materiales preparados para su conservación dentro del agua.


También lo pueblan peces, carpas,  truchas, cangrejos, ranas, mojarra blanca, chapulines, chapos, mariposas, tortugas, patos, abejas, gansos... Y en tiempos ancestrales dicen que había nutrias, cisnes. Lugar muy apropiado para campamentos, senderismo, paseos en barca y buceo.
En el área de este lago viven unos treinta y tres mil habitantes, de ellos unas mil quinientas personas hablan la lengua purépecha y también el zapoteco.
Nos llevaron a este lugar por la carretera nacional rumbo a Morelia, la capital del Estado de Michoacán. El paisaje me dejó fascinada, nunca había visto árboles tan grandes rodeados de agua. Si un día me fascinaron los árboles de madera roja de California, los de México no desmerecían lo más mínimo.  Caobas, guayacanes, pinos resinosos llamados "ocotes", abetos muy especiales como el "oyamel" con su verdor perenne y su musical encanto teñido de blanco y azul de los fríos serranos. Los ahuehuetes, uno de los árboles más populares de la flora de México, lo llamaron así los indígenas y está considerado el árbol nacional, porque viene su raíz de atl, agua, y hue, que significa anciano o abuelo, su nombre por lo tanto quiere decir: "viejo de agua" porque su follaje se reviste de heno blanco como si el árbol tuviera canas.


Los Zapotecas le llamaban a este árbol yagaguichi-ciña, que es "cedro de larga vida", los Tarascos lo llamaron pembamu, que es "viejo barbado" de donde nació el nombre del pueblo de Pénjamo. Y los españoles lo llamaron por el conocido nombre de sabina.
Si en algún lugar he admirado al árbol ha sido en este Lago de Camécuaro, en el municipio de Tangancícuaro, en Michoacán, México.  Es uno de esos espacios del que no quisieras salir nunca. Su limpieza, su encanto natural, te dejan como paseando el tiempo.
Parece que hay más de mil manantiales de agua fresca que brotan y refrigeran el lago y esto es lo que hace que sea un lugar paradisíaco. El clima es también muy agradable de unos 14º en invierno a  18º a 20º en verano. Altitud de 1750 metros sobre el nivel del mar. La profundidad del lago oscila entre cinco y veinte metros y se puede ver el fondo por la pureza y limpieza del agua. Ahora se puede disfrutar de un sistema de alumbrado en la noche.


Este lago es imprescindible para los fotógrafos y para los amantes de la naturaleza porque es un lugar mágico. Está muy cuidado y se puede acampar, pasear a pie y en lancha, practicar la natación en sus aguas termales, buceo, es un lugar muy tranquilo y se puede pasar un buen día campestre en solitario o en familia, no importa si no llevas comida porque hay puestos que ofrecen menús muy asequibles.
Como casi todos los lugares en México, este lago tiene sus leyendas, una de ellas es que habitaba una joven muy hermosa en los alrededores, llegó un español y la enamoró, pero él tuvo que marchar a una guerra y dejó a la bella doncella sola y llorosa. Y tanto lloró, al saber que su amor no regresaba, que se formó este lago transparente con sus lágrimas. Existe otra leyenda que da interés al significado del lago "lugar de la amargura oculta". La leyenda de Huanita, una princesa que se enamoró de Tangáxhuan, sobrino y uno de los herederos de Tiriácuari, que habiendo sido secuestrada por Candó, un sacerdote sacrílego, la mantuvo oculta en una yácata, adoratorio de Cutzé, lloró tanto su desgracia que con sus lágrimas se formó el lago.  Y muchos buceadores dicen que estuvieron a punto de ahogarse porque veían a una joven muy hermosa jalando sus pies y empujándolos hasta el fondo del lago.


Existen más leyendas de coyotes y de princesas que lloraron tanto como las jóvenes de las anteriores leyendas. Por eso el lago de Camécuaro también significa "torrente de lágrimas". Hay otra interpretación, según el historiador Eduardo Ruiz, el significado deriva del verbo huecámen que es "caer en un estanque hondo", ro indica lugar, huácamecuaro, "lugar donde caen al estanque" de una forma fácil.
Pasear por este lago es poner a trabajar la imaginación, el barquero te va mostrando figuras inventadas ante las diferentes formas que sugieren los árboles gigantescos... Una iguana, un elefante, un vestido de novia, una cueva excavada en el árbol, un espectro, una escena de terror, un caballo,  un nido de serpientes de madera, un rinoceronte y una larga lista  de figuraciones y fábulas recreativas que nos hace sentir que estamos viviendo un mundo de fantasía y ensueño, y hasta la mismísima princesa que cuenta la leyenda se encuentra en una figura de mujer desnuda... Es al volver los ojos al lago, cuando nos damos cuenta que es un mundo real y que son los árboles y el agua los que juegan en nuestros ojos.



Vemos a los niños bañándose con los árboles, a los enamorados besándose entre las mismas raíces, a la familia disfrutando de un entorno paradisíaco.  Es el capricho armonizando con la quimera, es la inventiva en armonía con la realidad. Es la vivencia de la inspiración, o los duendes jugando entre la hierba de un parque natural difícil de olvidar. Es la leyenda hecha poesía en la naturaleza. 
A los artistas, a los poetas, a los fotógrafos, a los que saben disfrutar del agua y del árbol, a los que buscan el sosiego, la belleza, les recomiendo visitar este lugar de Michoacán. No se arrepentirán de la elección.


CAMÉCUARO

La luna Nanacutzi se mira en el lago de Camécuaro
aztecas, chichimecas, purépechas
la contemplan sin tiempo
lloran el pasado
Amanece
Los rayos del sol borran la imagen de Huanita
El coyote se esconde
observa a los turistas
deambula entre sombras
Los niños se bañan con los árboles
La brisa encanta el silencio
Las sabinas prolongan su verdor a través de los siglos
El agua transparenta la gala de los dioses
El Viejo del Agua me abraza con sus grandes raíces
Me hace crecer el alma
Me hace llegar al fondo
Su heno me acaricia el cabello
En el suspiro se esparcen las semillas
La sed se apaga en la vivencia
El lago me posee.

©Julie Sopetrán

martes, enero 17

HUATULCO


Texto y fotos: Julie Sopetrán


Pocos lugares en el mundo podrían compararse en belleza con Huatulco. Según iba llegando al aeropuerto mis ojos no podían dar crédito a la panorámica que podía divisar desde la altura. Un mar Pacífico transparente y los pequeños brazos de tierra, como dedos, formando bahías en la costa. Pude contar nueve bahías, con sus más de treinta playas vírgenes de arenas doradas y clima tropical, rodeadas de una vegetación exuberante y una organización turística de primer grado.
Cuando visité Huatulco, en uno de los tours que incluía el Tianguis de Acapulco, todo estaba recién construido, como si fuera la celebración de un estreno. Los caminos húmedos, los cafetales, la fauna marina y terrestre le daban al lugar una personalidad única, atractiva, diferente.
Huatulco ofrecía un turismo ecológico de primera línea, allí se podía vivir ese equilibrio, esa comunicación entre el hombre y la naturaleza. Todo se había mimado para el visitante, era como si la naturaleza se vistiera de gala para recibir al ser humano, al viajero ávido de conocer nuevos lugares o cansado, que llega a disfrutar de un entorno paradisíaco.


¿DÓNDE ESTÁ SITUADO HUATULCO?
Huatulco está situado en el estado de Oaxaca, en la costa, en la parte final de la Sierra Madre del Sur, en el municipio de Santa María de Huatulco, que pertenece al distrito de Pochutla. Son 35 kilómetros de Litoral Pacífico de México, entre los ríos de Coyula y Copalita.   Está justo al sureste de la República Mexicana, al norte limita con Puebla y Veracruz y al sur con el Océano Pacífico.  Al este de Oaxaca, está Chiapas y al oeste, Guerrero. Hacia el sur, tiene más de 500 kilómetros de litoral, su superficie es de 95,364 kilómetros cuadrados. Puerto Escondido se encuentra a 109 kilómetros y Puerto Ángel a 52 kilómetros de Huatulco.


Santa María Huatulco, se encuentra en la costa del Pacífico, al sur del Estado de Oaxaca, 277 kilómetros, su temperatura media es de 28 grados y cuenta con mucho sol y pocas lluvias. Huatulco no tiene más de 15.000 habitantes y el municipio cuenta con unas 57.000 hectáreas. La famosa Bahía de Santa Cruz, es el centro turístico, su población es mestiza y el lugar más acogedor para el visitante suele ser el pueblo de "La Crucecita" donde se comen unos mariscos deliciosos, ostras o esos camarones bandidos, deliciosos, preparados con salsa de mango,  que se puede acompañar de  una cerveza fresquita mexicana. Pero a quien no le guste el marisco puede deleitarse con platos de la cocina típica de Oaxaca.   
Cuando llegué a este lugar, me sentí fascinada por la naturaleza, por el verdor y la frondosidad de sus tierras, por la estructura moderna de sus hoteles, por la transparencia de sus aguas, el calor y el color del ambiente, sus riscos y acantilados, sus playas doradas, el confort y la comodidad de sus hoteles y no puedo olvidar la hospitalidad de sus habitantes.  Tal vez nada más llegar se siente sobre todo, ese agradable tacto del clima. Huatulco está a ese lado del mundo, donde nada se parece a la prisa y todo se ha preparado para que uno encuentre la felicidad o ese sereno silencio acomodado al placer del ser y del estar. 



CIUDAD ACOGEDORA

La Iglesia de Santa María de Huatulco, data del siglo XVIII, donde se venera al Señor de las Misericordias, que es la figura de Cristo.  En dicha iglesia se guarda una cruz pequeña, elaborada con madera de la Santa Cruz original. Así se cree y así se venera.   También existe en la iglesia un retrato al óleo, de la época colonial, que muestra la Inmaculada Concepción, patrona del pueblo. Su fiesta se celebra el día 8 de Diciembre.  En esta fiesta, es muy popular el desfile de "marmotas" y los "toritos" así como los fuegos artificiales. También se practican las peleas de gallo en los meses de Marzo y Abril, así como las procesiones de Semana Santa y las calendas. Las campanas, del período colonial, bolean evocando la fiesta y, de la misma época, todavía se conserva el antiguo mercado.  Pero una de las tradiciones curiosas, es visitar las "Huellas de Santo Tomás" impresas en una piedra, la "Misteriosa Piedra de Moros".
Había llovido y no pudimos entrar las cafetaleras de Xuchil, San José Alemania o el Mirador, por nombrar algunas. Con ganas me quedé de vivir esa aventura ecológica de los campos de café, donde el visitante puede convivir con la gente que trabaja las tierras y participa así de esas tareas agrícolas, compartiendo y aprendiendo de la mano de obra con una gente por naturaleza muy acogedora.


Me acerqué a la pequeña iglesia y un muchacho llamado Juan, que organiza las velas y es como un rezandero en esta iglesia abierta al mar y al frondoso  paisaje, comenzó a contarme la historia, una historia curiosa...
"Vivo aquí todo el tiempo y me ocupo de arreglar la iglesia. No sé si saben ustedes que Huatulco significa: "lugar donde se adora o se reverencia al palo o  el madero. En nuestra lengua lo decimos Toloa, quiere decir reverencia o que bajamos la cabeza con respeto y Co significa lugar".
El muchacho conocía muy bien la historia, sacó un viejo catecismo y un libro que le había dejado su abuelo, donde decía que Quahuitl, quería decir madero, y nos contó que en el lugar se tenía siempre mucha devoción a la cruz que se encontraba en  el Puerto de Huatulco. Porque existe una leyenda en la que Juan, el muchacho que me lo cuenta, cree, como creyeron sus antepasados.  
Los turistas le damos una limosna y en su casita pobre, pero limpia, Juan vive feliz y está rodeado de santos, rosarios y libros que ya se sabe de memoria.

                                                                             La Cruz de Huatulco
MUCHO ANTES DE QUE LLEGARAN LOS ESPAÑOLES

Dicen que hace más de mil quinientos años mucho antes de que llegaran los españoles, ya existían noticias respecto a la Santa Cruz de Huatulco. Se puede leer en obras  del siglo XVII y en otras sucesivas, -que los escritores oaxaqueños se han preocupado de leer concienzudamente-, como así lo  asegura Francisco de Burgoa y José Antonio Gay.  Dicen que la cruz la clavó en este lugar "un hombre que vino por el mar y era anciano, blanco, vestido con una túnica larga, ceñida a la cintura, con manto y el cabello y la barba largos".  Los mexicanos han pensado que bien podría ser algún apóstol, algunos dicen que fue Santo Tomás, por lo de las huellas en la piedra. Este hombre oró, y antes de irse de nuevo, les dejó a los indígenas el santo madero, el trozo de Cruz, al que debían venerar con respeto.
Luego sucedió que la Santa Cruz de Huatulco, tenía unos poderes extraordinarios y se sucedían milagros. De recordar es el ataque que en 1587 sufrió la población cuando allí llegó el pirata inglés Thomas Cavendish.  

Thomas Cavendish

Era el alcalde del lugar Juan de Reginto, cuando el pirata quiso destruir la cruz con hachas, pero las hachas se rompían y la cruz permaneció intacta.  Luego ordenó que utilizaran la sierra, pero los dientes de la misma saltaron por el suelo. El pirata ofendido, hizo que ataran la Cruz con fuertes cables y un navío se hizo a la mar pero  el navío se fue y la cruz quedó intacta en tierra y los cables se rompieron. Más enfurecido, Cavendish, mandó rodear la cruz con leña, brea y ordenó quemarla, sin conseguir que la cruz fuera destruida por el fuego. Ordenó el malvado que la pusieran alquitrán, la cruz quedó ilesa entre las llamas. El corsario, cansado, abandonó el lugar.



HUATULCO Y LA CRUZ


El Obispo de Oaxaca Fray Bartolomé de Ledezma, quiso llevar la cruz a Oaxaca, pero la gente prefirió que quedara en el mismo lugar y se le diera culto. Los visitantes llevados por su fe, empezaron a arrancar astillitas y la fueron destruyendo poco a poco. Los vientos la iban desgastando, la sal de la playa se iba apoderando de la madera y dicen que las astillas iban haciendo milagros entre los indígenas y los visitantes necesitados. El Obispo Juan de Cervantes, también mandó que cortasen un trozo de la cabeza de la cruz, con ello formó otra cruz más pequeña que fue enviada al Papa Paolo V, que la recibió de rodillas rezando. Otro pedazo de cruz la dejaron en la Catedral de Oaxaca y otro lo llevaron a una capilla en Puebla. Un trozo más, lo dejaron en el convento de Ntra. Sra. de la Merced en la ciudad de México.
En Oaxaca, los viernes de cuaresma, tienen la costumbre de trasladar la Santa Cruz, desde la capilla, hasta el altar mayor, mientras cantan el "miserere", dejando que los asistentes la besen. La cruz que ahora vemos en Huatulco, se hizo en 1895 y es una réplica de la que había en el mismo lugar.


SU ARQUEOLOGÍA

Huatulco, a pesar de los edificios modernos allí construidos, se conserva virgen, salvaje. Sus restos arqueológicos, sin descubrir datan del quinto y tercer milenio antes de nuestra era. Período Clásico (1600 a 200 A.C.) También se supone que era lugar de pescadores y buscadores de conchas. Las bases piramidales encontradas están rellenas de miles de conchas lo que demuestra la actividad marina de sus pobladores. Existen restos de fortalezas que demuestran la relación de estos nativos con los Mixtecas,  los Chatinos y los Zapotecas. También se afirma que pudo ser una de las rutas del Istmo de Tehuantepec. Su cerámica es monocroma y bicroma, se la ubica en el Post-Clásico Temprano (100-1200 D.C.).  Otro tipo de cerámica policroma de origen local Post Clásico Tardío que llega a situarse después del contacto con los españoles, se encuentra en Huatulco e inspira a los nuevos alfareros a elaborar hoy en día sus barros ancestrales.



RUTA DE MERCADERES
No se sabe realmente de dónde proceden los habitantes de Huatulco, los nativos aseguran que son de origen Mexica, pero las fuentes de Don Juan Peláez de Berrio en 1526, afirman que los pobladores de Huatulco, conocían la lengua Zapoteca. Es difícil saber si eran Mixtecas, Zapotecas, Chontales o Mexicas. Los que fueran, pagaban sus tributos con oro en polvo y mantas a Tututepec. En Tonameca, lo hacían con cobre amarillo, ropa y grana. Pochutla con oro en polvo, mantas, cobre amarillo y grana y además hacían toda clase de trabajos manuales y ofrecían servicios personales.
Huatulco estaba en la ruta de los mercaderes que llegaban por Miahuatlán, fue sin duda un lugar estratégico de la costa. Podemos imaginar el comercio entre Zapotecas y Mixtecas en aquel momento de expansión de los Aztecas. Huatulco llegaría a marcar ese compás de un corazón que late entre Mixtecas y Zapotecas, ya que entre unos y otros existían rivalidades.
De su Puerto de Santa Cruz, allá por el siglo XVI, salían las embarcaciones de la Nueva España hacia Centroamérica y el Perú, cuando se pasaba mercancía partiendo de la ciudad de México hasta Tehuacán, Oaxaca y Miahuatlán, llegando a Huatulco y viceversa. Más tarde, Acapulco, con su Nao de China, acabó con ese transporte de Huatulco. Y tal vez la favoreció ya que al librarse del tráfico caminero de mar y tierra, preservó la auténtica belleza de la que hoy disfrutamos.
Don Pedro de Alvarado
DON PEDRO DE ALVARADO ENTRE OTROS

La caída de Tenochtitlan, hizo que los españoles cantaran su victoria por toda la costa. Uno de los grandes vendedores fue Pedro de Alvarado (1522) quien con Cortés, utilizó el Puerto de Huatulco para sus intereses comerciales. Según Ángeles Romero, Huatulco fue también lugar donde se construían y se reparaban las embarcaciones, incrementando así el poblado de piratas, tripulantes, mercaderes, aventureros, agentes comerciales, pescadores, indígenas... Todos ellos hicieron de Huatulco un lugar muy atractivo y versátil en su acontecer. Tal vez los piratas son los que le han dado un tono de misterio a estos lugares, porque ellos llegaban, saqueaban el lugar y se iban. En 1579 el corsario inglés, Sir Francis Drake, al servicio del Imperio Británico, arrasó Huatulco sin piedad.
                                                                                                Sir Francis Drake
Desde 1580 el puerto de Santa María de Huatulco, fue un pequeño pueblo de pescadores, en 1616 dependió de Pochutla y su puerto dejó de tener actividad siendo sustituido por Acapulco que se proclamó  Puerto principal del Pacífico y faro de desarrollo entre la Nueva España y las Islas Filipinas. En 1787 Huatulco fue Subdelegación de la Intendencia de Oaxaca. Pero hay  algo muy curioso, dicen, que antes de la independencia, este fue el puerto por donde entraron los Libros Prohibidos de la Ilustración, "vinculados con la revolución francesa".


¿LUGAR DE MODA?
En 1824, se emitió por decreto que el puerto de Huatulco, se abría de nuevo al mercado, aunque el proyecto fracasó debido a falta de medios para exportar. Más tarde, las nuevas franquicias empezaron a funcionar y se creó un nuevo Huatulco. En 1848 Don Benito Juárez, Gobernador del Estado de Oaxaca, fue el que dio impulso al lugar creando una nueva carretera desde Oaxaca a Huatulco para así promover el comercio, la agricultura y las artes y facilitar que el puerto fuera de nuevo habitado.  Juárez quería unir los dos mares, el Atlántico y el Pacífico, creando caminos como México Veracruz y México Huatulco. Difícil le fue al Gobernador, aunque más tarde, sería Puerto Ángel, quien consiguiera unir Oaxaca con el literal.  El proyecto comenzó en 1980, la transformación fue evidente, vías públicas, urbanizaciones, incremento de la población, el completo turístico, estaba iniciado y las Bahías de Huatulco comenzaban a darse a conocer por sí solas, por su belleza natural, porque el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR), impulsó debidamente la actividad turística en un lugar francamente privilegiado.
Las grandes inversiones realizadas en Huatulco estaban empezando a dar fruto cuando yo lo visité, era un lugar de moda, apacible y altamente distinguido porque todo estaba en su lugar, la limpieza, el orden, la elegancia y ante todo la exhuberancia de la naturaleza. Estaba en su primera etapa de éxito turístico. Era un plan Maestro que abarcaba hasta 2018. Eran 21.000 hectáreas por disfrutar, 17.400 de montaña, frondosa, húmeda, verde... 2.700 hectáreas de valle y 900 de aeropuerto internacional.

                                                                   Piscina  con agua de mar dentro de la habitación del hotel

TURISMO ECOLÓGICO

Casi 17.000 hectáreas estaban proyectadas para conservar y regenerar el equilibrio ecológico de estos lugares. netamente privilegiados. Planes para hacer caminos. Una dársena para 197 embarcaciones. Red de agua potable. Plantas de tratamiento de aguas negras.  En la Bahía de Tangolunda existe  uno de los campos  de golf más completos de todo México, construido sobre 78 hectáreas con 18 hoyos. Senderismo. Tour en bicicleta. Tirolesas. Famoso es el temascal maya de Santa Cruz. Observación de aves. Rutas a caballo.
Entre sus muchos árboles existen el tepguanje, los matorrales espinosos, el colorín, los ficus, los bosques y el manglar en el cordón litoral.
Su fauna es tan rica como su flora. Podemos encontrar variedad de aves, halcones gavilanes, lechuzas, pelícanos, gaviotas, colibríes. Su fauna marina es riquísima en langosta, camarón, delfines, tortugas, huachinangos, almeja, caracoles, ballenas... Huatulco es Parque Nacional y zona protegida por su riqueza ecológica. 


BAHÍAS
A cual más bella. Conejos, ideal para practicar el buceo.
Tangolunda, hermosos hoteles, campo  de golf y cinco playas limpias y tranquilas. Chahué, en su valle se encuentra el pueblo de Crucecita, donde se puede comer y saborear la mejor cocina de México. Mercado con variadas artesanías. Santa Cruz, allí se encuentra la playa de La Entrega, se la llama así porque se cuenta que a mediados del siglo XIX, fue escenario de la infame traición deque fue objeto el ex-presidente de México General Vicente Guerrero, por parte del General Anastasio Bustamante, quien había sido su Vicepresidente y en esta playa lo entregó a sus enemigos. Maguey  tiene una playa hermosa y sabrosos mariscos. Organo, sus playas son de arena fina y poco oleaje, ideal para los que no saben nadar bien. Cacaluta, la Bahía más salvaje de todas por la frondosidad de su vegetación. Chachacual, es una reserva natural de acacias, ficus y mangle y San Agustín, la playa más amplia de Huatulco tiene incluso una isla y es ideal para practicar el buceo por sus arrecifes.



PLAYAS

La brisa de estas playas me fascinó,  el color turquesa de sus aguas hacen que este lugar se asemeje al paraíso que todos soñamos alguna vez. Existen más de treinta y cuatro playas  todas diferentes, cada una tiene su personalidad y su atractivo, unas son suaves y doradas, otras, ostentan aguas de diferentes colores. Algunas son salvajes, parece como si los árboles quisieran ser los únicos bañistas, otras son bravas, otras, serenas. El sol las mima, el agua las besa, la brisa las envuelve en una magia tropical. En ellas, el sonido del mar canta melodiosamente, es la música de la nueva era, alentada por todo tipo de aves y de flores.



CÓMO LLEGAR A HUATULCO

Se puede llegar por aire o por carretera. El moderno aeropuerto está situado a menos de veinte kilómetros de la la zona hotelera tiene una pista de 2.700 metros de longitud por lo que aterrizan aviones grandes. Hay vuelos diarios a Huatulco desde la ciudad de México. También desde Oaxaca hay vuelos domésticos.
Por carretera se llega por las líneas de autobuses Gacela y Flecha Roja que salen de la ciudad de México Vía Acapulco por Cristóbal Colón que va de México a Huatulco por el Itsmo de Tehuantepec.
Desde Oaxaca es fácil llegar en la línea Oaxaca-Pacífico y también Estrella del Valle-Oaxaca.
Desde México a Huatulco hay una distancia de 765 kilómetros. Desde Puebla 640 kilómetros.
En cuanto a hospedaje, cuando yo estuve allí, Huatulco tenía un total de 1850 habitaciones que se clasificaban desde Gran  Turismo, hasta de tres estrellas. Y los hoteles tienen todo tipo de comodidades. Es un lugar que recomiendo siempre a mis amigos.

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