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viernes, agosto 10

UN PASEO POR LA CIUDAD DE OAXACA


Salón de los Cántaros de Santa Catalina

Texto: Julie Sopetrán
Fotos: (Estado del Gobierno de Oaxaca) y Julie Sopetrán

Nada más llegar a Oaxaca de Juárez, sentí en mi rostro la caricia de un clima delicioso. Su media de temperatura oscila en los 18 grados en los meses más fríos y unos 23 grados en los meses más calientes, está a una altura de 1550 metros sobre el nivel del mar. Me llamó la atención la piedra verde de sus edificios. La amabilidad de sus gentes. Las iglesias, conventos y palacios y su primorosa arquitectura.
Una de sus fiestas más hermosas es La Guelaguetza, música, baile, canto, tradición... Puedes leer un artículo dedicado a tan singular festejo en este mismo blog. Mayo 2011.
Partiendo del centro histórico, del Zócalo y la Alameda, me adentro en los grandes Portales, y ya me siento integrada en la ciudad. Allí la gente se reúne, charla, toma café, va y viene constantemente y su contemplación llena todo mi espacio.


Los árboles de la Alameda de León, sonríen y abrazan al oaxaqueño y al turista. Su vejez refresca los pasos y su belleza invita al descanso.  A Oaxaca la llaman la Verde Antequera, debido a que la mayor parte de sus edificaciones son de verde cantera.
Esta Alameda formó parte del mercado de la ciudad donde se podían apreciar piezas de cerámica negra de Coyotepec, también la loza verde y vidriada de Atzompa, así como la cerámica roja, que era la preferida para el uso diario, por ello antes se llama a este lugar la "Plaza de cántaros" debido a la riqueza de su cerámica.
Esta ciudad fue fundada por el emperador azteca Ahuizotl, por el año de 1486, sus guerreros se instalaron en el Cerro de Bellavista, al que los nahuas llamaron Ehécatl, dios del viento. Hoy se conoce este lugar como el Cerro del Fortín. Desde este lugar se divisa todo el valle donde se encuentra la ciudad de Oaxaca. 


Su primer nombre fue Antequera en 1532, nombre otorgado por el rey Carlos I de España con el título de "muy noble y leal ciudad". Fue en 1821 cuando se la llamó Oaxaca que en náhuatl quiere decir "en la raíz de los huajes".  Huaje es una planta forrajera leguminosa de tipo arbustivo que en forma natural abunda en estos lugares y es buena para el ganado, es muy digestible con un alto porcentaje de proteína.  También es un árbol que puede crecer hasta diez metros de altura, el tronco derecho con las ramas ascendentes y la copa redondeada. La corteza de este árbol es lisa de color gris oscuro.
Huajes - Foto de Internet
Yendo hacia el oeste de la ciudad nos encontramos con la Catedral, sede de la época colonial. Los primeros religiosos que se establecieron fueron los dominicos, los que comenzaron su evangelización a los indios y para protegerlos de los abusos de los conquistadores, convencieron a los vecinos para solicitar la instalación de un obispado. Se obtuvo la bula el 21 de Junio de 1535 y el primer obispo fue el dominico Juan López de Zárate. Se realizaron varias construcciones, debido a los terremotos y por fin en 1740 se terminó la magnífica portada. Fue declarada monumento histórico el 4 de mayo de 1933. Al ser Oaxaca una zona sísmica esta Catedral se ha reconstruido varias veces.

Catedral de Oaxaca - Fachada
Cortés mandó a sus soldados que fundaran una villa en Tututepec,  porque había mucho oro en ese lugar, pero los soldados lo  desobedecieron y se fueron al Valle de Oaxaca, porque el clima era más agradable. Fue así como los españoles fundaron Segura de la Frontera, en lo que actualmente es Oaxaca de Juárez. Pero esto era una rebeldía y tendrían que luchar contra Cortés y también contra el virreinato. Fueron varios los que se hicieron con el primer gobierno entre ellos, Hernando de Badajoz, Pedro de Alvarado, Juan Núñez de Mercado y Juan Peláez de Berrio.
Llama la atención de la Catedral, su portada, decorada con follajes labrados en piedra, sus relieves escultóricos, representan la Asunción de la Virgen coronada por la Santísima Trinidad y también el Santísimo Sacramento protegido por un palio sostenido por ángeles. En su interior, admiro sus bóvedas que cubren la nave central y las de medio cañón, las pilastras, los muros, el coro con su sillería espectacular, el órgano, el altar mayor y una colección de pinturas de principios del siglo XVIII, que me parecieron un auténtico tesoro. Pude contemplar un lienzo de 1720, Anónimo, que representa a San Cristóbal, entre otras bellezas de gran valor pertenecientes al siglo XIX.

Detalle del interior de la Catedral

Yendo por el costado sur de la Catedral, cruzando por la calle de Hidalgo, se llega a la Plaza de la Constitución que normalmente se la conoce como el Zócalo, de allí no quieres salir, es un lugar de esparcimiento donde la gente pasea, la familia disfruta del entorno, y se puede comer en cualquiera de los muchos restaurantes que la circundan. Hay también hoteles, tienditas de artesanía, cafés al aire libre, puestos para comprar huipiles, vendedores de globos de colores... En la tarde todo está lleno de gente que platica, disfruta, discute, come y se divierte.  Sin sentir la experiencia de esta Plaza, nadie puede decir que ha estado en Oaxaca.  Es no sólo el centro de la vida pública, cultural, política y social, sino que es el lugar idóneo para manifestarse, para cantar y para recitar poemas de los poetas populares oaxaqueños. No podemos dejar de lado el kiosco central, a imitación francesa, para los conciertos nocturnos y las bandas militares o para las audiciones de la Banda de Música del estado.


Nos detengamos un rato en el Palacio de Gobierno, con estilo de renacimiento francés e italiano, con sus columnas dóricas y sus 19 arcos de medio punto, sosteniendo estos arcos hay 16 pares de columnas con base cuadrada y capitel dórico en cantera amarilla, y así en el segundo piso que tiene 14 ventanales, con sus correspondientes balcones de hierro forjado y artísticos dibujos podemos imaginar la grandiosidad del edificio. Este lugar, es el centro político del estado, que en su momento albergó al cura Morelos, al inmortal Benito Juárez y a Don Porfirio Díaz.
Espectacular es la Sala de los Gobernadores, situada en el conjunto norte del Palacio, con sus dos grandes ventanales que muestran una magnífica perspectiva de la Catedral, la Alameda, los Portales y el Zócalo. Desde allí, los gobernadores arengan a la multitud. He de destacar la lámpara de araña de cristal cortado que adorna el interior y también las pinturas de todos los gobernadores oaxaqueños a partir de  Benito Juárez.

    Parte del mural del Palacio de Gobierno, creado por Arturo García Bustos

Pero si algo llama la atención de este Palacio, es sin lugar a duda, el mural, realizado por Arturo García Bustos, basado en Oaxaca en la historia y el mito, que evoca la grandeza sin par de este lugar y su lucha por la libertad. También podemos admirar a frailes, virreyes, cortesanas e indios oprimidos, encomenderos y señorones. Mujeres que evocan las velas istmeñas, la Sandunga y la Llorona,  a Sor Juana Inés de la Cruz, la cabeza romántica de Donají y el trabajo de la recolección de la grana cochinilla, el trabajo de los orfebres... Todo está magníficamente representado en este mural.
Al lado poniente, en otro mural, podemos contemplar la historia del mundo precolombino, es la época en que los hombres eran dioses.  
Pero no podemos irnos de Oaxaca sin visitar los mercados, caminando a una cuadra, al sur del Palacio de Gobierno, había dos mercados centrales, más o menos un kilómetro cuadrado del centro de la capital, era ocupado por mercaderes de todas las regiones del estado, exhibiendo los más variados productos.a Olores, colores, gente, variedad de cosas, artesanías, verduras, frutas tropicales, cestería, pescados, mariscos, cerámica, huaraches de Yalalag, y todo lo imaginable hecho en México.  Esos mercados siguen existiendo en el centro, en el Benito Juárez Maza, se venden ropas, artesanía  textil y la que le da fama a la cuchillería oaxaqueña, al cuero, jarciería y sombreros. Exquisitos los chocolates, el quesillo, los chapulines y las famosas agüitas de Casilda, la horchatera. Junto al Templo de San Juan de Dios, existe otro mercado de comida oaxaqueña, allí se preparan los mejores platillos y viandas tradicionales, moles, caldillo de nopalitos o las famosas enchiladas.


Campanario de la Iglesia de San Juan de Dios

 

Entre los dos mercados destaca la Iglesia de San Juan de Dios, que fue la primera iglesia construida en Oaxaca en tiempos de mixtecos y zapotecos. Al pie de un árbol de huaje se dijo la primera misa el 25 de noviembre de 1521.
Podemos visitar varias iglesias, por ejemplo el Templo de San Felipe Neri en el Centro Histórico. En este templo contrajo matrimonio Benito Juárez García con Margarita Maza Parada. Me encantó el retablo del altar mayor, donde se encuentra la Virgen del Patrimonio y en la parte superior , San Felipe Neri. Es una auténtica belleza del churrigueresco mexicano. En el mismo Centro Histórico se encuentra la Iglesia de la Soledad, primero fue ermita, 1529, de San Sebastián, construida por los Dominicos. Ahora es una iglesia majestuosa de 24 metros de altura, primero fue de cantera verde, ahora amarilla. Sus columnas son dóricas, jónicas y salomónicas. Existe junto al templo, un museo religioso. Y también una roca que, según la tradición, colocas el oído y se escucha el ruido del agua que corre como si fuera un río.


Retablo principal de San Felipe Neri


Y no puedes irte de Oaxaca sin visitar el Museo de Rufino Tamayo, donde puedes admirar piezas prehispánicas de gran valor. O el Museo de Arte Contemporáneo, conocido como la Casa de Cortés, aunque no estuviera allí nada más que de paso.  En Oaxaca también hay una calle de Alcalá, entre Morelos y Santo Domingo, donde puedes admirar hermosas casonas coloniales y comprar joyas y artesanías. También puedes tomar un buen café de Pluma Hidalgo...   Y de paso, hay que visitar el Exconvento de Santa Catalina de Siena de reminiscencias árabes, también fue cárcel y cine, es un edificio muy bien restaurado, sobrio, recogido, espiritual.


Museo Nacional de Antropología e historia - Santo Domingo
Otro lugar que merece la pena visitar es el templo de Santo Domingo de Guzmán, del que ya os he hablado en otros artículos, allí donde me encontré con el dios Cozijo. Su exterior tal vez no dice demasiado, pero en su interior existe la espiritualidad de su Museo Regional de Antropología e Historia de Oaxaca. Donde se exhiben los tesoros hallados en  la tumba número 7 de Monte Albán.  Se comenzó a construir en 1570. Los recursos eran muy escasos, los frailes dominicos sólo contaban con veinte reales para la edificación y terminó costando doce millones de pesos oro. Increíble. En este templo, podemos contemplar varios estilos, el gótico, el románico y el arábigo.  El barroco exuberante del interior contrasta con la sencillez de la fachada exterior. Pero yo diría que allí está impregnado el espíritu de los dioses. O por lo menos el de los indígenas que consiguieron crear un estilo arquitectónico nuevo. Este templo se terminó en 1666.



Oaxaca es una ciudad muy bella así como sus alrededores, como el templo de Tlacochahuaya, que quiere decir "lugar húmedo" donde se puede admirar toda la riqueza del arte más indígena. Destacables son las ruinas de Dainzú. Y las ruinas de Lambityeco, una ciudad que data del 700 a.C. También podemos acercarnos a Santa María de Tule. Famoso es su árbol ahuehuete, con más de dos mil años de vida, se cree que es el árbol más grande del mundo, tiene más de 40 metros de altura, 52 metros de diámetro, 705 metros cúbicos de volumen y un peso aproximado de 509 toneladas, a su sombra, pueden cobijarse más de 500 personas y 30 individuos tomados de la mano, con mucha dificultad abarcan su perímetro.
Otros de lugares preciosos es Teotitlán del Valle, asiento de los primeros pobladores zapotecas. En este lugar la artesanía le da renombre con sus antiguos telares de madera, con hilos de lana cardados a mano, pintados con la grana cochinilla de la que ya he hablado en otro artículo que puedes leer
en http://magiasdemexico-julie.blogspot.com.es/2012_02_01_archive.html
Famosos son los sarapes y ponchos, alfombras, tapetes, cortinas, vestidos y telas hechas de algodón.


Tlacolula - Mercado

Pero uno de los pueblos que me impresionó es Tlaculula, a 27 kilómetros de Oaxaca, me impresionó su mercado, un domingo, cuando todos los pueblos se juntan para el trueque, el tianguis. Rica es la barbacoa de chivo o carnero que se puede degustar durante las horas del mercado Martín González. Allí se puede comprar de todo, incluida la cal viva, esteras, ollas, cántaros, huaraches, frutas, verduras, hierbas aromáticas, ropa de todo tipo y lo más típico de Oaxaca, el mezcal con sus múltiples sabores y variedades.


Detalle de gran belleza del interior del templo de Santo Domingo
De estos lugares podríamos estar hablando días y noches, de Yagul, Mitla, Tehuantepec, Guie Ngoola, Salina Cruz, Playa Azul, Tlacotepec, Etla, Temascal, Puerto Escondido, Puerto Ángel, Huatulco... (Puedes visitar Huatulco en este blog  http://magiasdemexico-julie.blogspot.com.es/2012/01/huatulco.html son lgares de ensueño a los que no sólo hay que ir, también volver.
Yo al menos, así lo recomiendo.

O

martes, enero 17

HUATULCO


Texto y fotos: Julie Sopetrán


Pocos lugares en el mundo podrían compararse en belleza con Huatulco. Según iba llegando al aeropuerto mis ojos no podían dar crédito a la panorámica que podía divisar desde la altura. Un mar Pacífico transparente y los pequeños brazos de tierra, como dedos, formando bahías en la costa. Pude contar nueve bahías, con sus más de treinta playas vírgenes de arenas doradas y clima tropical, rodeadas de una vegetación exuberante y una organización turística de primer grado.
Cuando visité Huatulco, en uno de los tours que incluía el Tianguis de Acapulco, todo estaba recién construido, como si fuera la celebración de un estreno. Los caminos húmedos, los cafetales, la fauna marina y terrestre le daban al lugar una personalidad única, atractiva, diferente.
Huatulco ofrecía un turismo ecológico de primera línea, allí se podía vivir ese equilibrio, esa comunicación entre el hombre y la naturaleza. Todo se había mimado para el visitante, era como si la naturaleza se vistiera de gala para recibir al ser humano, al viajero ávido de conocer nuevos lugares o cansado, que llega a disfrutar de un entorno paradisíaco.


¿DÓNDE ESTÁ SITUADO HUATULCO?
Huatulco está situado en el estado de Oaxaca, en la costa, en la parte final de la Sierra Madre del Sur, en el municipio de Santa María de Huatulco, que pertenece al distrito de Pochutla. Son 35 kilómetros de Litoral Pacífico de México, entre los ríos de Coyula y Copalita.   Está justo al sureste de la República Mexicana, al norte limita con Puebla y Veracruz y al sur con el Océano Pacífico.  Al este de Oaxaca, está Chiapas y al oeste, Guerrero. Hacia el sur, tiene más de 500 kilómetros de litoral, su superficie es de 95,364 kilómetros cuadrados. Puerto Escondido se encuentra a 109 kilómetros y Puerto Ángel a 52 kilómetros de Huatulco.


Santa María Huatulco, se encuentra en la costa del Pacífico, al sur del Estado de Oaxaca, 277 kilómetros, su temperatura media es de 28 grados y cuenta con mucho sol y pocas lluvias. Huatulco no tiene más de 15.000 habitantes y el municipio cuenta con unas 57.000 hectáreas. La famosa Bahía de Santa Cruz, es el centro turístico, su población es mestiza y el lugar más acogedor para el visitante suele ser el pueblo de "La Crucecita" donde se comen unos mariscos deliciosos, ostras o esos camarones bandidos, deliciosos, preparados con salsa de mango,  que se puede acompañar de  una cerveza fresquita mexicana. Pero a quien no le guste el marisco puede deleitarse con platos de la cocina típica de Oaxaca.   
Cuando llegué a este lugar, me sentí fascinada por la naturaleza, por el verdor y la frondosidad de sus tierras, por la estructura moderna de sus hoteles, por la transparencia de sus aguas, el calor y el color del ambiente, sus riscos y acantilados, sus playas doradas, el confort y la comodidad de sus hoteles y no puedo olvidar la hospitalidad de sus habitantes.  Tal vez nada más llegar se siente sobre todo, ese agradable tacto del clima. Huatulco está a ese lado del mundo, donde nada se parece a la prisa y todo se ha preparado para que uno encuentre la felicidad o ese sereno silencio acomodado al placer del ser y del estar. 



CIUDAD ACOGEDORA

La Iglesia de Santa María de Huatulco, data del siglo XVIII, donde se venera al Señor de las Misericordias, que es la figura de Cristo.  En dicha iglesia se guarda una cruz pequeña, elaborada con madera de la Santa Cruz original. Así se cree y así se venera.   También existe en la iglesia un retrato al óleo, de la época colonial, que muestra la Inmaculada Concepción, patrona del pueblo. Su fiesta se celebra el día 8 de Diciembre.  En esta fiesta, es muy popular el desfile de "marmotas" y los "toritos" así como los fuegos artificiales. También se practican las peleas de gallo en los meses de Marzo y Abril, así como las procesiones de Semana Santa y las calendas. Las campanas, del período colonial, bolean evocando la fiesta y, de la misma época, todavía se conserva el antiguo mercado.  Pero una de las tradiciones curiosas, es visitar las "Huellas de Santo Tomás" impresas en una piedra, la "Misteriosa Piedra de Moros".
Había llovido y no pudimos entrar las cafetaleras de Xuchil, San José Alemania o el Mirador, por nombrar algunas. Con ganas me quedé de vivir esa aventura ecológica de los campos de café, donde el visitante puede convivir con la gente que trabaja las tierras y participa así de esas tareas agrícolas, compartiendo y aprendiendo de la mano de obra con una gente por naturaleza muy acogedora.


Me acerqué a la pequeña iglesia y un muchacho llamado Juan, que organiza las velas y es como un rezandero en esta iglesia abierta al mar y al frondoso  paisaje, comenzó a contarme la historia, una historia curiosa...
"Vivo aquí todo el tiempo y me ocupo de arreglar la iglesia. No sé si saben ustedes que Huatulco significa: "lugar donde se adora o se reverencia al palo o  el madero. En nuestra lengua lo decimos Toloa, quiere decir reverencia o que bajamos la cabeza con respeto y Co significa lugar".
El muchacho conocía muy bien la historia, sacó un viejo catecismo y un libro que le había dejado su abuelo, donde decía que Quahuitl, quería decir madero, y nos contó que en el lugar se tenía siempre mucha devoción a la cruz que se encontraba en  el Puerto de Huatulco. Porque existe una leyenda en la que Juan, el muchacho que me lo cuenta, cree, como creyeron sus antepasados.  
Los turistas le damos una limosna y en su casita pobre, pero limpia, Juan vive feliz y está rodeado de santos, rosarios y libros que ya se sabe de memoria.

                                                                             La Cruz de Huatulco
MUCHO ANTES DE QUE LLEGARAN LOS ESPAÑOLES

Dicen que hace más de mil quinientos años mucho antes de que llegaran los españoles, ya existían noticias respecto a la Santa Cruz de Huatulco. Se puede leer en obras  del siglo XVII y en otras sucesivas, -que los escritores oaxaqueños se han preocupado de leer concienzudamente-, como así lo  asegura Francisco de Burgoa y José Antonio Gay.  Dicen que la cruz la clavó en este lugar "un hombre que vino por el mar y era anciano, blanco, vestido con una túnica larga, ceñida a la cintura, con manto y el cabello y la barba largos".  Los mexicanos han pensado que bien podría ser algún apóstol, algunos dicen que fue Santo Tomás, por lo de las huellas en la piedra. Este hombre oró, y antes de irse de nuevo, les dejó a los indígenas el santo madero, el trozo de Cruz, al que debían venerar con respeto.
Luego sucedió que la Santa Cruz de Huatulco, tenía unos poderes extraordinarios y se sucedían milagros. De recordar es el ataque que en 1587 sufrió la población cuando allí llegó el pirata inglés Thomas Cavendish.  

Thomas Cavendish

Era el alcalde del lugar Juan de Reginto, cuando el pirata quiso destruir la cruz con hachas, pero las hachas se rompían y la cruz permaneció intacta.  Luego ordenó que utilizaran la sierra, pero los dientes de la misma saltaron por el suelo. El pirata ofendido, hizo que ataran la Cruz con fuertes cables y un navío se hizo a la mar pero  el navío se fue y la cruz quedó intacta en tierra y los cables se rompieron. Más enfurecido, Cavendish, mandó rodear la cruz con leña, brea y ordenó quemarla, sin conseguir que la cruz fuera destruida por el fuego. Ordenó el malvado que la pusieran alquitrán, la cruz quedó ilesa entre las llamas. El corsario, cansado, abandonó el lugar.



HUATULCO Y LA CRUZ


El Obispo de Oaxaca Fray Bartolomé de Ledezma, quiso llevar la cruz a Oaxaca, pero la gente prefirió que quedara en el mismo lugar y se le diera culto. Los visitantes llevados por su fe, empezaron a arrancar astillitas y la fueron destruyendo poco a poco. Los vientos la iban desgastando, la sal de la playa se iba apoderando de la madera y dicen que las astillas iban haciendo milagros entre los indígenas y los visitantes necesitados. El Obispo Juan de Cervantes, también mandó que cortasen un trozo de la cabeza de la cruz, con ello formó otra cruz más pequeña que fue enviada al Papa Paolo V, que la recibió de rodillas rezando. Otro pedazo de cruz la dejaron en la Catedral de Oaxaca y otro lo llevaron a una capilla en Puebla. Un trozo más, lo dejaron en el convento de Ntra. Sra. de la Merced en la ciudad de México.
En Oaxaca, los viernes de cuaresma, tienen la costumbre de trasladar la Santa Cruz, desde la capilla, hasta el altar mayor, mientras cantan el "miserere", dejando que los asistentes la besen. La cruz que ahora vemos en Huatulco, se hizo en 1895 y es una réplica de la que había en el mismo lugar.


SU ARQUEOLOGÍA

Huatulco, a pesar de los edificios modernos allí construidos, se conserva virgen, salvaje. Sus restos arqueológicos, sin descubrir datan del quinto y tercer milenio antes de nuestra era. Período Clásico (1600 a 200 A.C.) También se supone que era lugar de pescadores y buscadores de conchas. Las bases piramidales encontradas están rellenas de miles de conchas lo que demuestra la actividad marina de sus pobladores. Existen restos de fortalezas que demuestran la relación de estos nativos con los Mixtecas,  los Chatinos y los Zapotecas. También se afirma que pudo ser una de las rutas del Istmo de Tehuantepec. Su cerámica es monocroma y bicroma, se la ubica en el Post-Clásico Temprano (100-1200 D.C.).  Otro tipo de cerámica policroma de origen local Post Clásico Tardío que llega a situarse después del contacto con los españoles, se encuentra en Huatulco e inspira a los nuevos alfareros a elaborar hoy en día sus barros ancestrales.



RUTA DE MERCADERES
No se sabe realmente de dónde proceden los habitantes de Huatulco, los nativos aseguran que son de origen Mexica, pero las fuentes de Don Juan Peláez de Berrio en 1526, afirman que los pobladores de Huatulco, conocían la lengua Zapoteca. Es difícil saber si eran Mixtecas, Zapotecas, Chontales o Mexicas. Los que fueran, pagaban sus tributos con oro en polvo y mantas a Tututepec. En Tonameca, lo hacían con cobre amarillo, ropa y grana. Pochutla con oro en polvo, mantas, cobre amarillo y grana y además hacían toda clase de trabajos manuales y ofrecían servicios personales.
Huatulco estaba en la ruta de los mercaderes que llegaban por Miahuatlán, fue sin duda un lugar estratégico de la costa. Podemos imaginar el comercio entre Zapotecas y Mixtecas en aquel momento de expansión de los Aztecas. Huatulco llegaría a marcar ese compás de un corazón que late entre Mixtecas y Zapotecas, ya que entre unos y otros existían rivalidades.
De su Puerto de Santa Cruz, allá por el siglo XVI, salían las embarcaciones de la Nueva España hacia Centroamérica y el Perú, cuando se pasaba mercancía partiendo de la ciudad de México hasta Tehuacán, Oaxaca y Miahuatlán, llegando a Huatulco y viceversa. Más tarde, Acapulco, con su Nao de China, acabó con ese transporte de Huatulco. Y tal vez la favoreció ya que al librarse del tráfico caminero de mar y tierra, preservó la auténtica belleza de la que hoy disfrutamos.
Don Pedro de Alvarado
DON PEDRO DE ALVARADO ENTRE OTROS

La caída de Tenochtitlan, hizo que los españoles cantaran su victoria por toda la costa. Uno de los grandes vendedores fue Pedro de Alvarado (1522) quien con Cortés, utilizó el Puerto de Huatulco para sus intereses comerciales. Según Ángeles Romero, Huatulco fue también lugar donde se construían y se reparaban las embarcaciones, incrementando así el poblado de piratas, tripulantes, mercaderes, aventureros, agentes comerciales, pescadores, indígenas... Todos ellos hicieron de Huatulco un lugar muy atractivo y versátil en su acontecer. Tal vez los piratas son los que le han dado un tono de misterio a estos lugares, porque ellos llegaban, saqueaban el lugar y se iban. En 1579 el corsario inglés, Sir Francis Drake, al servicio del Imperio Británico, arrasó Huatulco sin piedad.
                                                                                                Sir Francis Drake
Desde 1580 el puerto de Santa María de Huatulco, fue un pequeño pueblo de pescadores, en 1616 dependió de Pochutla y su puerto dejó de tener actividad siendo sustituido por Acapulco que se proclamó  Puerto principal del Pacífico y faro de desarrollo entre la Nueva España y las Islas Filipinas. En 1787 Huatulco fue Subdelegación de la Intendencia de Oaxaca. Pero hay  algo muy curioso, dicen, que antes de la independencia, este fue el puerto por donde entraron los Libros Prohibidos de la Ilustración, "vinculados con la revolución francesa".


¿LUGAR DE MODA?
En 1824, se emitió por decreto que el puerto de Huatulco, se abría de nuevo al mercado, aunque el proyecto fracasó debido a falta de medios para exportar. Más tarde, las nuevas franquicias empezaron a funcionar y se creó un nuevo Huatulco. En 1848 Don Benito Juárez, Gobernador del Estado de Oaxaca, fue el que dio impulso al lugar creando una nueva carretera desde Oaxaca a Huatulco para así promover el comercio, la agricultura y las artes y facilitar que el puerto fuera de nuevo habitado.  Juárez quería unir los dos mares, el Atlántico y el Pacífico, creando caminos como México Veracruz y México Huatulco. Difícil le fue al Gobernador, aunque más tarde, sería Puerto Ángel, quien consiguiera unir Oaxaca con el literal.  El proyecto comenzó en 1980, la transformación fue evidente, vías públicas, urbanizaciones, incremento de la población, el completo turístico, estaba iniciado y las Bahías de Huatulco comenzaban a darse a conocer por sí solas, por su belleza natural, porque el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR), impulsó debidamente la actividad turística en un lugar francamente privilegiado.
Las grandes inversiones realizadas en Huatulco estaban empezando a dar fruto cuando yo lo visité, era un lugar de moda, apacible y altamente distinguido porque todo estaba en su lugar, la limpieza, el orden, la elegancia y ante todo la exhuberancia de la naturaleza. Estaba en su primera etapa de éxito turístico. Era un plan Maestro que abarcaba hasta 2018. Eran 21.000 hectáreas por disfrutar, 17.400 de montaña, frondosa, húmeda, verde... 2.700 hectáreas de valle y 900 de aeropuerto internacional.

                                                                   Piscina  con agua de mar dentro de la habitación del hotel

TURISMO ECOLÓGICO

Casi 17.000 hectáreas estaban proyectadas para conservar y regenerar el equilibrio ecológico de estos lugares. netamente privilegiados. Planes para hacer caminos. Una dársena para 197 embarcaciones. Red de agua potable. Plantas de tratamiento de aguas negras.  En la Bahía de Tangolunda existe  uno de los campos  de golf más completos de todo México, construido sobre 78 hectáreas con 18 hoyos. Senderismo. Tour en bicicleta. Tirolesas. Famoso es el temascal maya de Santa Cruz. Observación de aves. Rutas a caballo.
Entre sus muchos árboles existen el tepguanje, los matorrales espinosos, el colorín, los ficus, los bosques y el manglar en el cordón litoral.
Su fauna es tan rica como su flora. Podemos encontrar variedad de aves, halcones gavilanes, lechuzas, pelícanos, gaviotas, colibríes. Su fauna marina es riquísima en langosta, camarón, delfines, tortugas, huachinangos, almeja, caracoles, ballenas... Huatulco es Parque Nacional y zona protegida por su riqueza ecológica. 


BAHÍAS
A cual más bella. Conejos, ideal para practicar el buceo.
Tangolunda, hermosos hoteles, campo  de golf y cinco playas limpias y tranquilas. Chahué, en su valle se encuentra el pueblo de Crucecita, donde se puede comer y saborear la mejor cocina de México. Mercado con variadas artesanías. Santa Cruz, allí se encuentra la playa de La Entrega, se la llama así porque se cuenta que a mediados del siglo XIX, fue escenario de la infame traición deque fue objeto el ex-presidente de México General Vicente Guerrero, por parte del General Anastasio Bustamante, quien había sido su Vicepresidente y en esta playa lo entregó a sus enemigos. Maguey  tiene una playa hermosa y sabrosos mariscos. Organo, sus playas son de arena fina y poco oleaje, ideal para los que no saben nadar bien. Cacaluta, la Bahía más salvaje de todas por la frondosidad de su vegetación. Chachacual, es una reserva natural de acacias, ficus y mangle y San Agustín, la playa más amplia de Huatulco tiene incluso una isla y es ideal para practicar el buceo por sus arrecifes.



PLAYAS

La brisa de estas playas me fascinó,  el color turquesa de sus aguas hacen que este lugar se asemeje al paraíso que todos soñamos alguna vez. Existen más de treinta y cuatro playas  todas diferentes, cada una tiene su personalidad y su atractivo, unas son suaves y doradas, otras, ostentan aguas de diferentes colores. Algunas son salvajes, parece como si los árboles quisieran ser los únicos bañistas, otras son bravas, otras, serenas. El sol las mima, el agua las besa, la brisa las envuelve en una magia tropical. En ellas, el sonido del mar canta melodiosamente, es la música de la nueva era, alentada por todo tipo de aves y de flores.



CÓMO LLEGAR A HUATULCO

Se puede llegar por aire o por carretera. El moderno aeropuerto está situado a menos de veinte kilómetros de la la zona hotelera tiene una pista de 2.700 metros de longitud por lo que aterrizan aviones grandes. Hay vuelos diarios a Huatulco desde la ciudad de México. También desde Oaxaca hay vuelos domésticos.
Por carretera se llega por las líneas de autobuses Gacela y Flecha Roja que salen de la ciudad de México Vía Acapulco por Cristóbal Colón que va de México a Huatulco por el Itsmo de Tehuantepec.
Desde Oaxaca es fácil llegar en la línea Oaxaca-Pacífico y también Estrella del Valle-Oaxaca.
Desde México a Huatulco hay una distancia de 765 kilómetros. Desde Puebla 640 kilómetros.
En cuanto a hospedaje, cuando yo estuve allí, Huatulco tenía un total de 1850 habitaciones que se clasificaban desde Gran  Turismo, hasta de tres estrellas. Y los hoteles tienen todo tipo de comodidades. Es un lugar que recomiendo siempre a mis amigos.

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