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domingo, marzo 11

SSHINDA

Gumersindo España Olivares, Sshinda - Foto: JS

MI HOMENAJE A SSHINDA

Recordando aquel día que lo conocí en Sopetrán. Con gran cariño.
A SSHINDA

Recuerdo tu mirada observadora
buscabas en lo viejo la belleza;
divisabas lo nuevo con presteza
como un niño que acecha lo que ignora.
Espectador de un mundo sin demora
que expresa con ternura su agudeza
y a la vez hace honor a su nobleza
buscando perfección en lo que añora.
Nuestro encuentro no tuvo ningún pero
intercambiamos magia de juguetes
en abrazo de dama y caballero.
Palabra y cachivache en caballete
cual esquema tratado con esmero
que describe el color que nos compete.

®Julie Sopetrán


Sshinda, fue juguetero, su vida, la dedicó a la artesanía del juguete tradicional de su terruño: Guanajuato, México.  Ha muerto hace poco, pero nos ha dejado su obra, su creatividad, su forma de ser y de sentir plasmado en cada una de sus creaciones. Lo conocí en Sopetrán él vino como invitado al Cuenta Cuentos de Guadalajara, España. Me lo presentó mi amigo el profesor de la Universidad de Guanajuato, Gabriel Medrano de Luna. Vinieron a visitarme a casa y tuve el gran placer de hablar con él, de experimentar su sencillez y su sabiduría de la vida. Estaba por entonces en casa, la estudiante Graciela Gutiérrez Cervantes, también de la Universidad de Guanajuano, ella conocía a Ssininda desde hacía tiempo y con ella y su profesor el Dr. Gabriel Medrano, recorrimos algunos pueblos de La Campiña alcarreña, que les mostré con mucho cariño. Luego comimos en casa y hablamos de muchas cosas, costumbres, historias, cuentos, supersticiones, recetas de salud a través de las plantas, etc.. Durante el día que pasamos juntos, fue para mí, tan intenso que aún puedo recordar sus palabras, describiéndome su "Taller La Puerta Vieja", como si fuera un cofre portador del arte popular de México. Su generosidad, sus lecciones, quedaron vivas en mi recuerdo. Recuerdo de un hombre y de un artista inolvidable como fue el Maestro Sshinda. 

Esta foto, está tomada del libro SSHINDA - El Mágico mundo de un juguetero Tradicional de Guanajuato. Del Profesor Gabriel Medrano de Luna. En la foto, vemos a Sshinda, trabajando en su taller.

Sshinda era el mayor de nueve hermanos y no se sabe de dónde llegó su apellido, pues tal y como lo transcribe el Profesor Medrano de Luna en su libro... decía: "Entonces, como nosotros no nos apellidamos España, tuvimos que preguntarle a mi abuelo ¿por qué España?, ¿por qué te apellidas España? Y dice: Cuando el mundo se inventó/ yo vine a formar la luna,/ y sin vanidad ninguna,/ yo soy como Dios me crió,/ yo no tuve padre ni madre,/ sólo sé que soy hijo del amor."
Sshinda, era un hombre muy generoso, adoraba los niños, y les regalaba juguetes que no fueran muy grandes. Él vivía con su familia en el municipio de Santa Cruz de Juventino Rosas, un lugar muy conocido no sólo  por la juguetería tradicional, pero también por las hierbas y la brujería, pues se cuentan muchas historias e historietas que allí pasaron a este respecto. Y nadie mejor que Sshinda conocía estos secretos de las curaciones con las plantas que le rodeaban a la vez que nos contaba muchas leyendas. En este lugar habitaban, según nos cuenta Gabriel Medrano, los indios chichimecas y más tarde los otomíes.

En nuestro recorrido por La Campiña alcarreña, paramos en el Castillo de Torija, en la foto el Dr. Gabriel Medrano de Luna, Julie Sopetrán, Sshinda y Pilar Ayala.

A Sshinda le ayudaba mucho su esposa a elaborar sus juguetes, ella también los vendía y siempre estaban rodeados de niños.


SShinda con su esposa

Es hermoso conocer artesanos como Sshinda, gente del pueblo dedicados a lo que les hace felices, en este caso hacer juguetes, complacer a los niños y crear, siempre crear y tener activa la imaginación, poner en práctica la creatividad y dejar como herencia esta riqueza a los hijos, a los nietos, a la familia. Unos van heredando a otros y todos forman ese conjunto que es el Arte de un pueblo.  Desgraciadamente esto ya no existe en España. Ha sido un verdadero honor para mi haber conocido a Sshinda, como también a Graciela, al Profesor Gabriel... Todos ellos han enriquecido de alguna manera mi vida. Su visita a Sopetrán fue algo muy especial que agradezco hoy, recordando ya el ayer. 
También agradezco al Profesor Gabriel Medrano, su libro relacionado con la obra y vida de Shinda, de donde he sacado fotos e información de su vida. Y sobre todo presto especial atención a sus juguetes... que llevan impresa su alma, su grandeza.


Juguetes creación de Sshinda


Recomiendo igualmente la lectura de este libro, editado por la Universidad de Guanajuato. 
Sshinda - El Mágico mundo de un juguetero tradicional de Guanajuato. De el Profesor Dr. Gabriel Medrano de Luna. Y para mis lectores. Adjunto el pdf para que puedaqn conocer a Sshinda y lo puedan leer en Magias de México.  Mi felicitación y mi cariño para todos, pero especialmente para la familia de Sshinda a quien acompaño en el sentimiento por esa ausencia de nuestro Maestro Artesano. Que en Paz Descanse.



Portada del libro de Sshinda

Fotos: Excepto la primera foto, las demás están sacadas del libro Sshinda, del Dr. Gabriel                            Medrano de Luna. 

Texto: Julie Sopetrán



lunes, febrero 29

LAS CIUDADES COLONIALES DE MÉXICO (II)


Catedral de Morelia (Michoacán)



Texto: Julie Sopetrán
Fotos:  Julie Sopetrán, DP y Oficina de Turismo de México 

MORELIA

Fue mi primer encuentro con México. Capital del Estado de Michoacán, la antigua Valladolid, cuna de Don José María Morelos y Pavón, de ahí su nombre de Morelia. Cuna también de Festivales Internacionales de Música, de órgano, de guitarra, de piano, de orquesta...
Morelia es una ciudad apacible y muy bella, aproximadamente tiene un millón de habitantes. Su catedral, sus calles, sus palacios, museos, iglesias, sus casas coloniales, sus leyendas, su sempiterna historia, la distinguen. Famosa por las celebraciones de Día y Noche de Muertos.

Trabajando la madera en Pamatácuaro

Lugares emblemáticos como Pátzcuaro, elevan el espíritu contemplando su famoso Lago, con sus siete islas, a las que se llega en barca. Lugares como Uruapan, Angangueo, Tlalpujahua, Quiroga, Santa Clara del Cobre,  Uruapan, Tingambato y ese lugar de colibrí como es Tzintzuntzan, con sus ruinas arqueológicas, centro del reinado de los Tarascos.  El Lago de Zirahuén, Cuitzeo y sus charales. La Piedad, tantos lugares. No podemos dejar de nombrar las ricas costumbres y artesanías de sus indígenas purépechas, ni tampoco los pueblos de su Sierra Madre, como Patamban con su preciosa procesión del Señor Sacramentado por las calles del pueblo. Pueblos como Pamatácuaro, allí descubrí que se puede vivir sin dinero, allí no hay paro, todos sus habitantes trabajan, viven en contacto con la naturaleza, crean sus artesanías entre la armonía de la montaña.

Guadalajara - Centro histórico -(México)

GUADALAJARA

Por ser yo de la Guadalajara española, me interesaba conocerla muy de cerca. Capital de Jalisco, Guadalajara, asombrosamente grande, y como dice la canción asentada en un llano, rica en lagos, agricultura, ganado e industria. Su belleza puede competir orgullosa con las demás ciudades coloniales. Todo canta en Jalisco,
su música charra nos alegra el corazón con los mariachis que entonan las más bellas canciones de amor. Y es entre los cactus donde se van formando los elixires mexicanos del tequila.  Guadalajara está considerada la "perla tapatía" en el valle hermosísimo de Atemajac. Es una de las ciudades más modernas de México. Las filas de los árboles más diversos adornan sus calles. Sus monumentos coloniales expresan el recuerdo de España.  En su Centro Histórico se encuentra la Plaza de Los Laureles, la Plaza de Armas, la Plaza de la Liberación y la Plaza Tapatía. Su Catedral es gótica y, sus importantes iglesias, la caracterizan por su singular estilo. 

El hombre en llamas - José Clemente Orozco


Pero si algo podemos admirar con devoción son los Murales de Orozco en el Hospicio Cabañas y en el Palacio de Gobierno con su famoso "hombre en llamas", me impresionó su violento dinamismo, su grandeza artística. El Teatro Degollado. El Ballet de la Universidad, sus museos, sus gentes, su ambiente contagioso de vivencias en cada rincón de su Centro Histórico. Son muchos los lugares que debemos visitar en Jalisco, como Los Lagos de Moreno, Puerto Vallarta, Tlaquepaque, Tonala, Zapopan, Arandas, Lago de Chapala, San Juan de los Lagos, Tequila, famoso por sus campos azules de agave. Y debo destacar su incomparable y tan importante Feria Internacional del  Libro.

Guanajuato - Foto: Julie Sopetrán

GUANAJUATO

En plena estepa, con casi seis millones de habitantes, tal vez es uno de los lugares que más me ha gustado o impresionado de México. Su nombre significa "Cerro de Ranas". Es una ciudad protegida de los vientos. Sus cielos son muy claros y sus calles son minas, estrechas avenidas, oscuros túneles, una ciudad heroica por su historia de la Independencia. Es tan bella, que puede competir con las mejores del mundo. Románticas leyendas se esconden por sus esquinas y me llama la atención el Teatro Juárez, construido por el arquitecto  José Noriega. También hay que visitar las tres iglesias, La Compañía, San Diego y San Cayetano. La Alhóndiga de Granaditas. La Universidad. El mirador de Pípila. La Olla. El Museo de las Momias. Y hay que ir a su Festival Cervantino que tanta fama ha dado a la ciudad. 

Guanajuato - artistas en la calle

Es imprescindible hacer un tour por las minas, es como adentrarse en un mundo mágico que nunca hubieras podido pensar que existe. Desde el cerro de El Caliche, hasta el cerro de San Miguel, hay 25 kilómetros de ciudad, la panorámica desde estos lugares, es de sueño o de cuento. Otro lugar, Acambaro, está ya cerca de Michoacán. Dolores Hidalgo a 54 kilómetros de Guanajuato. Irapuato, famosa por sus fresas. San Miguel Allende, con sus viejas casas, ciudad colonial cien por cien. La casa de Ignacio Allende. Salvatierra. Valle de Santiago, con sus aguas curativas. Yuriria con sus lagos... Y así iríamos enumerando lugares deliciosos de Guanajuato. Pero adentrarnos en su ciudad es imprescindible en nuestra visita a México. Recuerdo el Templo de San Cayetano, estilo neomudéjar, siglo XVIII, situado sobre una cima desde donde se domina la ciudad, este lugar se llama La Valenciana. Es un monumento creado en honor a la mina. Se construyó con piedra de color rosa y con el dinero que se sacaba de la mina.  El color del oro, las maderas preciosas, los marfiles... Es un lugar realmente mágico, como todo Guanajuato.


Continuará...




sábado, enero 28

GUANAJUATO



Texto y fotos: Julie Sopetrán


A Guanajuato en 1988, la UNESCO la nombró  "Patrimonio Cultural de la Humanidad". Es una de las Ciudades Coloniales más bellas de México.  Su paisaje nos transporta a un pasado lleno de batallas que a la vez contrastan con su romanticismo y estética. Es una ciudad-mina. Las casas, las calles subterráneas, las viejas iglesias y sus edificaciones, sus mercados, sus plazas, forman un conjunto arquitectónico de gran belleza. Su barroquismo brota de sus minas y su aspecto pintoresco cautiva al más indiferente de los viajeros.
Ocupa la parte NE de la porción occidental de la Mesa de Anáhuac. Al Norte se encuentra el Estado de San Luis de Potosí, al Este, el de Querétaro, al Sur, Michoacán y al Oeste, Jalisco.  La agricultura y la minería han sido las principales fuentes de riqueza de este lugar. Su extensión territorial es de 30.491 kilómetros cuadrados. Tiene 46 municipios.

Guanajuato es un Estado montañoso al norte por la Sierra Gorda, famosos son sus pinares y encinares; al sur, sin embargo se encuentra la fertilísima y muy rica vega del Bajío llanura que llega hasta Michoacán, donde están instalados tres Distritos de Riego, como el de Pénjamo que utiliza las aguas del río del mismo nombre y tiene una superficie de mil hectáreas.
Estos llanos del sur, se han definido como graneros de la República por la gran abundancia de cereales y legumbres que allí se producen.


Una concejala de cultura del Ayuntamiento me enseñó la ciudad de un extremo a otro, fue tan amable, como servicial y ella me habló de los orígenes y las primeras nominaciones de aquellos asentamientos llamados "Mo-o-ti" que significa Lugar de Metales, como así lo es.
Recuerdo admirar una capilla toda labrada en oro.     Los Aztecas, más tarde, llamaron a la ciudad: Paxtitlan que sería algo así como Ciudad de paja       y realmente la palabra Guanajuato se cree que procede de los vecinos Purépechas: Quanaxhuato, resulta dudoso su significado, puede ser lugar de ranas,  o lugar de muchos cerros. "Cerro de ranas", porque vieron allí una tremendas piedras en forma de ranas. Estas piedras todavía hoy perduran y están en un barrio denominado con el nombre de Pastita. Cuanax que significa rana y huato, cerro.


 Los primeros indígenas que habitaron esta tierra fueron tal vez los chipícuaros, los  otomíes, después desplazados por los chichimecas y otros grupos étnicos como los Pames, Guamares, Guanaxuas...  
Se dedicaban especialmente a la caza y a la agricultura.
Según mi opinión es una de las ciudades más bellas del mundo. Situada en el corazón de México, es una ciudad joya, una piedra preciosa de plata y oro. Y por alguna razón está rodeada de minas de estos dos metales.  Es una ciudad rica en todos los aspectos. Su arquitectura, sus Jardines de  La Unión, el Teatro Juárez; el Museo Iconográfico de El  Quijote con alegorías y detalles relacionados con Miguel de Cervantes; La Plaza de la Paz; el       Palacio Municipal; la Basílica de Nuestra Señora de Guanajuato; el Tribunal Supremo; los típicos cafés; las calles sumergidas en túneles; la famosa Universidad de estilo morisco... Y muy cerca del Templo de la Compañía de Jesús, el Museo Casa de Diego Rivera; y el otro Museo de las Momias y la Alhóndiga de Granaditas, con su magnífica estructura.


Es una gozada pasear sus calles contemplando las casas patronales de la época  que hacen de Guanajuato una ciudad colonial cien por cien. Adentrarse en la ex-hacienda de San Gabriel o pasear por el Callejón del Beso o admirar el monumento al Pípila...
Típicas también son sus instalaciones hidráulicas, la perforación de los pozos que se hacían para las minas como en La Boca del Infierno, que llega a alcanzar los seiscientos metros de profundidad bajo la tierra. 

Sus cerros cónicos que un día fueron el principal centro mundial de extracción de la plata.   Destacan sus iglesias, pero en especial la de la Compañía y la Valenciana, consideradas las más bellas de todo el barroco de América.
En 1531 Nuño de Guzmán entró por Pénjamo hasta el centro del Estado. Los indígenas le mostraron sus tenaz resistencia, porque el español tenía a bien cometer muchos y atroces desmanes y crueldades.  Pero no todos los españoles llegados a América eran malos,  Don Vasco de Quiroga que fue el primer obispo de Michoacán, Tata Vasco, como ya hemos hablado de él en Magias de México, recorrió la región atrayendo a los indios por su bondad y el buen trato que les daba.


Los franciscanos fundaron misiones y así fue como surgieron distintas poblaciones que hoy perduran. En 1548 se fundó la ciudad de Guanajuato, debido al descubrimiento de sus riquezas minerales. En 1554, siendo virrey Don Luis de Velasco, padre, se consolidó la fundación de la villa bajo el nombre de Santa Fe de Guanajuato.


Después de la Independencia, la Constitución de 1857 dejó al Estado aproximadamente su antiguo territorio. Debido a su situación geográfica, situada la ciudad en el centro de la República, Guanajuato ha  sido testigo de importantes acontecimientos y sangrientas batallas entre liberales y conservadores.  Tanto políticos como militares, ha sido zona de conflictos, durante las guerras de la Independencia, de la Reforma y de la Intervención.  Allí nació Don Miguel Hidalgo y Costilla, en 1753, en Abasolo.  La ciudad de Dolores Hidalgo, está llena de recuerdos del Padre de la Patria.


La Alhóndiga de Granaditas, que tomaron los insurgentes. Otro lugar histórico.  En Silao, existe el rancho de El Venadito donde fue capturado Mina fusilado después en Pénjamo, en el fuerte de los Remedios.
Famosa es su laguna artificial de Yuriria, que mide dieciséis kilómetros de largo por seis de ancho, la hizo en 1548, Fray Diego de Chávez, un agustino emprendedor, que fue el quinto Obispo de Michoacán.  Dicen que el fondo de la laguna era un cráter de volcán apagado y la obra consistió en cerrar la parte por donde se perdían las aguas de la lluvia que hasta allí llegaban.



Guanajuato es una ciudad para disfrutarla, si te gusta la arqueología, te recomiendo ir a la zona de Las Plazuelas, o a la zona Peraltas o la Cañada de la Virgen. Es un lujo visitar sus haciendas, sus casas y palacios, sus parques naturales, sus túneles, museos, iglesias y conventos, sus jardines, sus miradores, sus minas, sus innumerables puentes y acueductos, sus jardines...  Visita el exconvento agustino de San Pablo o la Mina de Guadalupe, el Templo de la Concepción... etc..

Al Quijote le gustó Guanajuato, o fue Guanajuato  quien se enamoró de sus andanzas, es un amor mutuo, porque si en algún lugar del mundo se honra y se le da vida al Quijote, es en la ciudad de Guanajuato.  Mi guía me habló del Festival Cervantino que se celebra cada año en el mes de Octubre. Son actos culturales y artísticos a nivel nacional e internacional, en honor a Don Miguel de Cervantes. En estos actos podemos encontrar teatro, exposiciones, ópera, conciertos, cine, artes plásticas, literatura... Es una especie de Guelaguetsa de la Cultura. Se creó en 1972 y desde entonces no ha cesado de propagarse por todo el mundo, teniendo siempre como escenario, la ciudad de Guanajuato.

Las dos veces que he visitado este lugar me he sentido fascinada y con ganas de volver o de quedarme allí para siempre. Investigar cada rincón, cada monumento, pasear los jardines, las subidas y bajadas, adentrarme en la historia, en la gente, en las minas, en su fascinante cultura.
Llegando a la ciudad se siente una sensación de misterio ancestral, de paz, de riqueza espiritual, de algo muy especial y agradable. No sólo es el clima templado, intertropical de meseta, lo que endulza el lugar, es esa originalidad de encontrarte en una ciudad diferente.

Quiero terminar este artículo con la leyenda de la Princesa, de la Bufa. Leyenda entre muchas otras que quedan en el tintero.  Así se llama uno de los cerros que bordean la ciudad de Guanajuato.
Siempre que un jueves cae festivo durante el año, al amanecer, esta hermosa princesa sale al encuentro de cualquier caminante que por allí deambule. El caminante ha de ser varón.  Dicen que sus encantos ya han sido vistos varias veces. La princesa le pide al caminante que la lleve en brazos hasta el altar mayor que hoy es Basílica de Guanajuato. Si lo consigue, la ciudad quedará libre del encantamiento y relucirá como el sol. Le entregará una gran fortuna en plata y oro. Y la ciudad será toda de plata tal y como era hace miles de años. Entonces la princesa recobrará su condición de persona como los demás habitantes.

Resulta muy difícil conseguirlo. Las condiciones son muy extrañas y requieren mucha concentración. El varón que lleve en brazos a la princesa ha de superar pruebas muy duras. Debe caminar adelante sin que nada le turbe y sin volver el rostro a ninguna parte, aunque escuche voces, ruidos o llamadas. Si el elegido varón pierde la serenidad y se da la vuelta, la bella princesa puede convertirse en serpiente y si eso ocurre no se realizará el desencanto.
La tentación es grande, los varones que por allí pasan, lo intentan una y otra vez. ¿Pero quién podrá hacerlo? Ya van varios siglos y todavía no lo han conseguido. El  hechizo está ahí, esperando que un jueves festivo, algún mancebo, poeta, artista, aldeano atrevido, se digne desencantar a la Princesa de la Bufa.

                                                                                                                                                                                                                                 


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